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martes, 14 de noviembre de 2017

Metodología SMART en un ejemplo práctico

La metodología SMART para establecer objetivos en nuestros proyectos, y hoy vamos a ilustrar esa metodología con un ejemplo práctico.
Andrés es psicólogo y está muy interesado en participar en congresos y foros internacionales en su campo de especialidad. Una de las cosas que le frenan es que se ve inseguro con su nivel de inglés, así que determina que quiere mejorarlo. Andrés ya se ha marcado muchas veces este objetivo (“mejorar mi inglés”), y se siente frustrado porque nunca consigue avanzar. Pero ahora cuenta con el método SMART así que comienza a plantearse sus objetivos de manera diferente a la de siempre. Vamos a ver cómo se aplica en este caso:
  • eSpecifico: Establecer como objetivo “mejorar inglés” no sería específico, porque es tan general que no hay forma de saber a qué se refiere exactamente ¿profundizar en la gramática? ¿Mejorar la comprensión auditiva? Andrés reflexiona sobre su nivel actual y decide establecer el siguiente objetivo “ampliar mi vocabulario técnico de mi campo de especialidad en 100 palabras”. De esta forma, Andrés puede focalizarse perfectamente en lo que tiene que conseguir, y enlaza con el siguiente punto.
  • Medible: Si un objetivo es específico, es mucho más fácil medirlo. Y para poder controlar algo es imprescindible poder realizar medidas. El objetivo de Andrés es fácilmente medible, porque podrá ir apuntando cuántas nuevas palabras técnicas aprende en su proceso de aprendizaje, podrá determinar cuáles son y usarlas.
  • Acordado: Esto cobra importancia si en la consecución de nuestro objetivo intervienen más personas. Pongamos que Andrés cuenta con un profesor de inglés. El objetivo debe estar acordado con su profesor para que ambos tengan claro la meta de las clases, y ambos se impliquen en su consecución. Si no estuviera acordado, puede que el profesor creyera que su misión principal consistía en reforzar estructuras gramaticales, algo que Andrés ahora no busca.
  • Realista: Los objetivos tienen que buscar una zona de desafío o reto. No deberían ser muy fáciles de conseguir porque se desvirtuaría el sentido de mejora. Pero tampoco pueden ser tan exigentes que salgan fuera de lo posible. Si Andrés se hubiera fijado un objetivo como “aprender 10.000 palabras nuevas” podríamos asegurarle un fracaso estrepitoso.
  • Tiempo: Lo del límite del tiempo tiene sus detractores y defensores. Nuestra postura es intermedia, depende del caso aunque en general creemos que puede ser bueno ponerse un límite en ciertos objetivos. En el caso de Andrés y dado su propósito final (participar de modo activo en foros y congresos internacionales) puede ser interesante que acote su objetivo en el tiempo, poniéndose  un plazo de x meses, con revisiones cada cierto tiempo para ir viendo si va logrando su objetivo, que en este caso pueden ser exámenes y evaluaciones acordadas con su profesor.
De esta forma, después de un tiempo Andrés podrá comprobar si ha conseguido ampliar su vocabulario, y por tanto haber contribuido a mejorar su inglés, además podrá ir evaluando qué le ha desviado de su objetivo, qué prácticas le han funcionado y junto con su profesor podrá implementar mejoras en su aprendizaje. Y al final del proceso, Andrés estará más cerca de su objetivo final: poder participar de manera activa en foros y congresos internacionales.

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