La educación inclusiva debe concretarse en los planteles tanto en la educación que imparten como en su vida institucional y el tipo de relaciones humanas que en esto se promueve.
En este sentido y de acuerdo a Kugelmass, (2003), los indicadores y características que pueden dar cuenta de que en los planteles se está llevando a cabo una educación inclusiva se contarían, entre otros:
Ser agentes de un cambio real requiere que el medio adulto reflexione sobre el modo de en el que se construye sus relaciones humanas y modelar el tipo de personas que se espera que los jóvenes sean, no se trata de tener una serie de instrucciones de lo que es correcto para transmitirlas a la joven generación sino de ser parte activa en la transformación social desde uno mismo y para con la sociedad.
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