LA MONARQUÍA HISPÁNICA
- La unión dinástica de Castilla y Aragón.
- Los descubrimientos geográficos: Castilla y Portugal.
- Los Austrias y sus políticas: Carlos V y Felipe II.
- Conquista y colonización de América.
- LA UNIÓN DINÁSTICA DE CASTILLA Y ARAGÓN
En 1469 matrimonio de Fernando, heredero de la Corona de Aragón, e Isabel, heredera a la Corona de Castilla. Tras la muerte de Enrique IV en 1474, Isabel accede al trono, apoyada por el clan nobiliario dirigido por la familia Mendoza, pero debe enfrentarse al clan que apoya la sucesión de Juana la Beltraneja. El matrimonio de ésta con Alfonso V de Portugal, internacionaliza el conflicto. Sin embargo la victoria en la batalla de Toro en 1476 y el Tratado de Alcaçoba en 1479 acabarían con la guerra de sucesión castellana, que coronó reina a Isabel I de Castilla. En ese mismo año se produjo la muerte de Juan II de Aragón y se produjo la coronación de Fernando II como rey de Aragón. En ese momento se produjo la unión dinástica entre las coronas de Castilla y Aragón, aunque esta unión es de carácter personal y en ningún momento se produjo una unión de política-administrativa de ambas coronas.
La política interior de los Reyes Católicos está marcada por dos aspectos: en primer lugar el fortalecimiento del poder real que llevará a la implantación de la monarquía autoritaria, y en segundo lugar la unidad religiosa. El fortalecimiento de la autoridad real se consiguió a través de diferentes medios: el primero será el sometimiento de la nobleza a la autoridad de los reyes a cambio del mantenimiento de los privilegios económicos y sociales, regulando el sistema del mayorazgo en las leyes de Toro de 1505; el segundo será la imposición del control sobre las Órdenes Militares cuando en rey Fernando consigue imponerse como maestre de todas ellas; el tercero será el control interno del reino a través de dos herramientas: la reorganización de la justicia con la creación de las Chancillerías de Valladolid y Granada, y el control de los caminos y campos a través de la Santa Hermandad; el cuarto será el control efectivo de las ciudades con la creación de la figura del corregidor, delegado real en las principales ciudades; y el último será el reforzamiento del sistema fiscal con la creación de la Contaduría Real de Hacienda que aumentó el cobro de impuestos que permitió, entre otras cosas, la creación de un ejército permanente que limitó la influencia de la nobleza. En Castilla se reforzó el control real gracias a la creación de un sistema de Consejos, que asesoraban a los monarcas en diferentes asuntos, y sobre todo, gracias al control de las Cortes que se convirtieron en una herramienta política de los monarcas. Sin embargo, en Aragón la situación fue muy diferente. En 1481 se produce la anulación de la Sentencia Interlocutoria de 1455 y se restituyen los derechos señoriales. Esto provoca la reacción payesa que se alza en armas en 1484 aunque fue reprimida en 1485. Pero la negativa de la aristocracia a negociar impedía la solución definitiva del conflicto, por ello tuvo que intervenir directamente Fernando II. Éste logró la Sentencia Arbitral de Guadalupe en 1486 que establecía la libertad de los payeses y la supresión de los malos usos señoriales, mientras que garantizaba a los señores el cobro de rentas y derechos. Esta solución satisfizo a ambos bandos, lo que supuso el final del conflicto remensa. No obstante, la idiosincrasia de la Corona aragonesa obligaba al rey a negociar con cada uno de los reinos que la componían, reforzando el carácter pactista de la monarquía aragonesa, lo que imposibilitó el desarrollo de la monarquía autoritaria en ese reino. Además, la presencia continua de Fernando II en Castilla obligó a la creación de la figura del virrey lo que favoreció, aún más, la dificultad de la monarquía para imponer su autoridad en Aragón.
El segundo aspecto será el problema religioso. Este problema fue heredado de siglos anteriores y llevó a los RR.CC. a crear el tribunal de la Santa Inquisición como defensa de la pureza de la fe, además de órgano político ya que admitía las denuncias anónimas y empleaba la tortura para arrancar confesiones. Este problema no sólo afecto a judíos y musulmanes, sino también a los conversos. El temor popular a que los conversos ocuparan cargos municipales y la propagación de la idea de una falsa conversión fue muy perseguida por la Inquisición. La medida capital fue el Decreto de Expulsión de los Judíos en 1492, pese a la política inicial de apoyo a la población judía, debido a su aportación económica en la campaña de Granada. Este hecho provocó la expulsión de mucha población sefardí, e igualmente la conversión de muchos de ellos que, a partir de ese momento, serán, como hemos comentado, controlados y perseguidos por la Inquisición. Similar situación ocurrió con los musulmanes de Granada, puesto que se les reconoció el derecho a practicar su religión, incluso el primer arzobispo de Granada inició una política pacificadora. Pero la brutal persecución iniciada por el cardenal Cisneros desembocó en una revuelta mudéjar a principios del siglo XVI, que se tradujo en el decreto de expulsión de los musulmanes en 1501. Aquellos que se convirtieron al cristianismo se les denominó moriscos.
En cuanto a la política exterior de los Reyes Católicos, debemos destacar la expansión territorial de Castilla y Aragón, por un lado, y la política matrimonial, por otro. La expansión territorial se divide en dos apartados: la que se produce dentro de la península Ibérica y la que ocurre en el exterior de esta. En la primera destacamos la definitiva toma de Granada después de un conflicto con el reino nazarí que se inició en 1482 y finalizó con la toma de Granada el 2 de enero de 1492, que puso fin a ocho siglos de presencia musulmana en la península.
También destacamos la incorporación del reino de Navarra a la corona de Castilla en 1515, producida tras la alianza de Navarra con Francia que llevó a Fernando II a invadir Navarra e incorporarla al reino castellano, aunque manteniendo sus fueros, leyes e instituciones. Fuera de la península destacamos el control aragonés en el Mediterráneo central con la victoria de los ejércitos aragoneses en Nápoles frente a los franceses, gracias fundamentalmente a la dirección de Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán. Para ayudar al control del Mediterráneo también se conquistaron algunas plazas en el norte de África como Melilla en 1497, Orán en 1509, Argel y Bujía en 1510, sin embargo se fracasó en la toma de Túnez que hubiese asegurado el control del Mediterráneo central y occidental. Destacamos también la expansión atlántica llevada a cabo por Castilla, que le llevará en primer lugar a conquistar las islas Canarias entre 1478 y 1496, y sobre todo, tras el control portugués de la vía africana hacia las Indias, a la búsqueda de una ruta alternativa que provocará el descubrimiento de América por Cristóbal Colón en 1492, y su posterior conquista y colonización. En cuanto a la política matrimonial, los Reyes Católicos establecieron relaciones con las principales casas europeas a través de los matrimonios de sus hijos con los principales herederos europeos. Aunque el objetivo principal era favorecer la unión con Portugal, dicha política tendrá sus frutos con su nieto Carlos I que será heredero de grandes territorios en Europa, y sobre todo, Felipe II que podrá consumar la ambición de los Reyes Católicos de unificar los reinos peninsulares.
- LOS DESCUBRIMIENTOS GEOGRÁFICOS: CASTILLA Y PORTUGAL.
La expansión europea a inicios de la Edad Moderna tendrá sus antecedentes en los viajes de Marco Polo hacia Asia en el siglo XIII o en los viajes de los vikingos a Groenlandia en el siglo X. Sin embargo, serán una serie de factores gestados a partir del siglo XV los propulsores de los descubrimientos. En primer lugar cambios socioeconómicos en la Europa Occidental donde el aumento demográfico, unido a la necesidad de especias y metales preciosos favorecieron el desarrollo de las primeras empresas precapitalistas, que tras la llegada de los turcos al Mediterráneo oriental, tuvieron la necesidad de una nueva ruta hacia las Indias. En segundo lugar factores políticos como será el final de las guerras medievales y la formación de las grandes monarquías europeas, que necesitaban de nuevos territorios de expansión. En tercer lugar factores ideológicos como la sed de aventuras del hombre renacentista y la continuación del espíritu de cruzada. En cuarto lugar factores religiosos como el deseo de evangelización de los pueblos indígenas. Y en último lugar factores científicos y tecnológicos con la aparición de nuevos tipos de navíos y el uso de nuevo material de navegación, que permitieron los viajes transoceánicos.
Serán portugueses y castellanos los más avanzados en la carrera por el control de las vías marítimas alternativa hacia las Indias. Los portugueses explotarán la vía africana, circunnavegando el continente, gracias a la creación de colonias comerciales en las costas africanas. En este aspecto destacará como gran impulsor a Enrique el Navegante. Así pues los portugueses descubrieron las islas Madeira y Azores, llegaron al golfo de Guinea en 1460, posteriormente Bartolomé Dias dobló el Cabo de Buenaesperanza en 1488 y será Vasco da Gama quien llega a la India en 1498. Este hecho provocó que los castellanos tuvieran que buscar una ruta alternativa para llegar a la India y en ese aspecto jugará un papel clave Cristóbal Colón.
El descubrimiento de América será la consecuencia de la búsqueda de Castilla de una ruta alternativa a la africana para llegar a las Indias. Para ello debemos destacar la figura de Cristóbal Colón (Génova 1451, Valladolid 1506). Colón viajó a la península interesado por los viajes de portugueses y castellanos en el Atlántico, y ya allí expondrá a los monarcas de ambos países su proyecto de llegar a las Indias a través de la ruta hacia el oeste. Serán los Reyes Católicos, tras el descubrimiento y monopolio portugués de la vía africana, quienes acepten el proyecto de Colón y firmen con él las Capitulaciones de Santa Fe, por las que establecían las condiciones contractuales en caso de la aventura de Colón tuviese éxito.
Así pues, con tres naves, la Pinta, la Niña y la Santa María, Colón partirá de Palos el 3 de agosto de 1492 y llegarán a tierras americanas el 12 de octubre de 1492. En este primer viaje colombino descubren San Salvador, Cuba y La Española. Pero a pesar de las bulas de Alejandro VI a los Reyes Católicos confirmando los dominios castellanos, pronto surgirán los problemas con Juan II de Portugal, quien defenderá la propiedad portuguesa de las nuevas tierras descubiertas. Todo ello quedará solucionado con el Tratado de Tordesillas en 1494, que establecerá la línea de división entre portugueses y castellanos a 300 leguas al oeste de las islas Cabo Verde, lo que dará derecho de conquista a Portugal sobre Brasil.
El segundo viaje colombino se produce entre 1493 y 1496, donde recorren las Antillas Menores y Boriquén. Además se inician las campañas contra los indios y se crean ciudades como Isabela desde donde se inicia la explotación económica, sobre todo de oro y esclavos. En el tercer viaje colombino, en 1498, llega a la isla Trinidad y a Venezuela. En la Española, Colón y sus hermanos, son hechos presos por Francisco de Bovadilla, sin embargo de vuelta en España es rehabilitado pero desposeído de sus privilegios. En el cuarto viaje colombino entre 1502 y 1504, Colón buscaba el paso hacia Asia, pero no cumple con su objetivo de encontrarlo.
Será en 1513, cuando Vasco Núñez de Balboa atraviese Panamá y descubra el Pacífico. Finalmente serán Magallanes y Elcano quienes encuentren el paso hacia el Pacífico y circunnaveguen el globo terráqueo entre 1519 y 1522.
- LOS AUSTRIAS Y SU POLÍTICA: CARLOS I Y FELIPE II.
Se trata de uno de los períodos más trascendentales de la historia de España, cuyo aspecto fundamental es la extensión del territorio, consumado en Carlos I, fruto de la política de matrimonios de los Reyes Católicos. Sin embargo se producirá una correlación entre el aumento de territorios y el aumento de conflictos, tanto externos, con Francia e Inglaterra, e internos, en Castilla, Aragón o Flandes.
El primer monarca de la casa Austria será Carlos I, que reinará en 1517 y 1556, obtendrá Castilla y Aragón, por su herencia materna, y Flandes, Francocondado, Borgoña y las posesiones austriacas, por herencia paterna, además del derecho al Imperio Alemán, que conseguirá en 1519. En lo referido a la política interior, el reinado de Carlos I estará marcado por dos características: la debilidad de un estado que no coincide con las distintas nacionalidades del Imperio; y la fuerza social que representa la aristocracia terrateniente. Ambas serán visibles en las dos grandes crisis que vivió el monarca. La primera será el problema comunero, iniciado por el descontento de la nobleza con el Rey por impuestos como la alcabala y, sobre todo, por la influencia de los acompañantes extranjeros del Rey. En 1519 Juan de Padilla, junto a algunas ciudades importantes, pide al rey la prohibición de extranjeros en cargos de gobierno, la terminación de ventas y cesión de cargos, la imposición de doña Juana como reina y la residencia del rey en España. Sin embargo, Carlos I marcha a Aquisgrán en 1520, lo que provoca la formación de la Junta Santa en Toledo, Madrid y Salamanca, entre otros. Su derrota en Villalar (1521) provoca final revuelta y restablecimiento unidad nacional. El segundo serán las Germanías en Valencia y Mallorca. Se trata de una revolución social de los menestrales contra las clases poderosas. El abandono de los poderosos de Valencia por una epidemia de peste provoca la formación de la Germanía, a cuyo regreso de los poderosos, se enfrentan a ellos. Esta revuelta se expande a otras ciudades hasta que la presión de las tropas imperiales provoca su caída, aunque en Mallorca se mantiene entre 1520-23.
En lo referido a la política exterior, se producirá la ruptura con la tradicional política de los Reyes Católicos, pasando a una política de defensa de los intereses dinásticos, donde Castilla se limitó a financiar dicha política. En líneas generales se mantienen las siguientes constantes: relaciones amistosas con Portugal, luchas continuas con Francia, problemas religiosos con el estallido de la Reforma, y contención del problema turco. En cuanto a las luchas con Francia, destacar que el origen de los conflictos están en el control de zonas estratégicas como Navarra, Borgoña e Italia. El principal conflicto será en 1525, donde la victoria española en la batalla de Pavía, en la que Francisco I de Francia es hecho prisionero, que tras la firma del Tratado de Madrid supondrá el control hispánico sobre el Milanesado. En lo referido al problema turco, Carlos I hace frente a la expansión turca con la toma de Túnez, evitando la expansión turca por el Mediterráneo central. Finalmente el problema religioso, donde Carlos I trataba de mantener la unidad de la Cristiandad y la unidad política del Imperio. Este conflicto vivirá varias etapas: una primera de reconciliación entre 1517y 1547, donde se produce la Dieta de Worms, en la que Lutero no renuncia sus creencias, y se establece libertad para elegir religión. Tras ello, se celebran otras dos dietas: la Dieta de Spira entre 1526 y 1529, donde se producirá la protesta de príncipes y ciudades, y más tarde Dieta de Augsburgo en 1530, donde se produce el decreto de Worms contra Lutero. Tras ello, los príncipes protestantes formarán la Liga Smalkalda que se enfrentará al Emperador. La segunda fase será la de guerra, entre 1541 y 1555, donde pese a grandes victorias como Mülhberg en 1547, Carlos I no consigue imponer sus tesis, unido a continuos conflictos con los protestantes, le obligarán a firmar la Paz de Augsburgo en 1555 proclamando la libertad religiosa en todo el Imperio.
Tras la muerte de Carlos I en 1556, le sucederá su hijo Felipe II, quien reinará hasta 1598. Felipe II continuará con las líneas maestras de la política implantada por su padre, es decir, mantenimiento de la unidad religiosa y defensa de las posesiones patrimoniales. En cuanto a la política interior debemos destacar dos conflictos: el primero será el problema morisco, donde se llevará a cabo la sublevación de las Alpujarras. Felipe II se convirtió en adalid de la defensa del catolicismo y en este sentido en 1567 promulgó el Edicto contra los moriscos donde se establecía la prohibición de su religión y costumbres. La respuesta morisca se produjo en 1568, donde se produjo la rebelión en las Alpujarras, liderada por Hernando de Córdoba, llamado Aben Humeya, quien era apoyado por los turcos. Su sucesor Aben Aboo sufrió continuas derrotas frente a Juan de Austria hasta la rendición total en 1570, aunque el problema siguió sin resolverse hasta el reinado de Felipe III. El segundo será el problema con Antonio Pérez y los fueros de Aragón. Antonio Pérez, secretario de Estado en 1567, es condenado por el asesinato de Escobedo, rival político, pero se fuga a Aragón donde le amparan los fueros, convirtiéndose en imagen de la defensa de los fueros por parte de los aragoneses. Felipe II trata de hacerlo preso mediante la Inquisición, pero una revuelta popular impide la vuelta de Antonio Pérez a Castilla. Finalmente huye a Francia ayudado por el Justicia Mayor de Zaragoza, Juan de Lanuza. En 1591 las tropas imperiales entran en Zaragoza y lo decapitan, tensando las relaciones entre Castilla y Aragón.
En lo referido a la política exterior, Felipe II, a pesar de estar libre de las obligaciones del Imperio, deberá de hacer frente a multitud de conflictos con los principales países europeos. Entre ellos debemos destacar en primer lugar las guerras con Francia, Felipe II invade Francia y toma San Quintín. La respuesta de Francia toma Calais y se introduce en Flandes. Tras ello, Felipe II vence en Las Gravelinas en 1558, y se produce la firma de la Paz de Cauteau-Cambresis 1559, poniendo final momentáneo al conflicto. Sin embargo, más tarde, Felipe II apoya a los católicos frente a los hugonotes, y reclama el trono francés para su hija Isabel Clara Eugenia, pues el sucesor de Enrique III, Enrique de Borbón era calvinista. La conversión al cristianismo de éste, lo coronó rey de Francia en 1594, solucionado el conflicto en 1598 con la paz de Vervins. En segundo lugar debemos destacar el problema turco, donde Felipe II participará en la formación de la Liga Santa, quien tras la victoria en Lepanto en 1571, se producirá un equilibrio momentáneo de las fuerzas en el Mediterráneo. En tercer lugar destacaremos la rebelión en los Países Bajos, donde el gobierno de Margarita de Parma, con excesivo protagonismo de cardenal Granvela, proclive a Felipe II, provoca el rechazo de la población, lo que obliga a Felipe II a sustituirlo junto con los tercios españoles. Pero el Concilio de Trento convierte a Felipe II en el máximo defensor de la Cristiandad, frenando los intentos de libertad religiosa en Flandes, lo que acabará provocando el estallido del conflicto. Margarita de Parma dimite, y Felipe II coloca al Duque de Alba, que crea el tribunal de Tumultos y reprime violentamente a los calvinistas. En 1573 es sustituido por su crueldad, pero el país no se pacifica. En 1579 se crea la coalición de Utrech, bajo el mando de Guillermo de Orange, en las provincias del Norte, que declaran su independencia. Felipe II aceptó la situación de autonomía del país, pues lo entrega a su hija Isabel Clara Eugenia, con la promesa de que los sucesores gobernarán el territorio de manera independiente. En cuarto lugar debemos destacar la unidad peninsular con la anexión de Portugal. La muerte de don Sebastián en la batalla de Alcazarquivir en 1578, y de don Enrique, en 1580, provoca problemas sucesorios. Para ello habrá dos aspirantes: Felipe II y don Antonio, prior de Crato. Don Antonio se hace nombrar rey con el apoyo de la nobleza portuguesa, que veía en Felipe II un peligro a la independencia portuguesa. Tras ello, Felipe II envía su ejército contra Lisboa, venciendo en el Puente de Alcántara, por lo que en 1581, Felipe II es nombrado rey de Portugal. Y el último conflicto será el enfrentamiento con Inglaterra, destacando la Armada Invencible. Las causas son varias: la restauración del protestantismo con Isabel I, las incursiones piratas inglesas en América, la confiscación de barcos ingleses en 1585, y, sobre todo, el apoyo de Isabel I a los calvinistas en Flandes, así como el apoyo de Felipe II a católicos ingleses e irlandeses. El casus belli será la decapitación de María Estuardo, reina católica de Escocia. Felipe II concentró una potente flota, la “Armada Invencible”, al mando del duque de Medina-Sidonia, sin embargo, en el canal de la Mancha es atacado, obligando a retroceder hasta Calais. El posterior enfrentamiento con la armada británica fue un desastre, por lo que el desprestigio de España como potencia mundial empezaba a declinar.
- CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA.
Los pueblos que vivían en América antes de la llegada de Colón son conocidos como pueblos precolombinos. Se trata de una gran diversidad de pueblos y con una gran diferencia de evolución cultural, pues mientras existían pueblos con formas de vida bastante primitiva, existían igualmente tres culturas bastante evolucionadas: los mayas y aztecas en México y Centroamérica, y los incas en la región de los Andes. En primer lugar hablaremos de los mayas que habitaban la península de Yucatán y parte de Centroamérica, pero que a la llegada de los castellanos vivían una época de decadencia puesto que su esplendor se produjo entre los siglos IV y X. Formaban un conglomerado de pueblos que se aglutinaban en ciudades-estados pero que compartían lengua, religión y cultura. Así pues podemos decir que su economía se basaba en la agricultura, sobre todo del maíz, aunque también fue desarrollada su industria textil. Practicaban una religión politeísta, contaban con una sociedad muy jerarquizada y culturalmente contaban con escritura jeroglífica y calendario solar. Destacadas son los restos de las pirámides escalonadas como la de Chichén Itza. Por su parte los aztecas se asentaron en la región central de México, con capital en Tenochtitlán, y, a la llegada de los europeos, vivían su época de mayor esplendor. Se trataba de un pueblo fuertemente jerarquizado basado en una sociedad guerrera que tenía sometidos a multitud de pueblos vecinos, lo que explicará el apoyo de estos a los castellanos en la conquista de los aztecas. Su economía se basaba en la agricultura del maíz, pero también suponía una fuente importante de ingresos los impuestos cobrados a los pueblos sometidos. Culturalmente poseían una religión politeísta, donde destacan dioses como Huitzilopochtli o Quetzalcóalt, además de disponer de calendarios y escritura pictográfica. Finalmente los incas son un pueblo establecido en la región andina y formaban un imperio articulado en torno a una desarrollada red de caminos que favorecía un eficaz servicio de correos. Su gobierno era la monarquía teocrática donde la figura del Inca, además del poder político tenía el poder religioso ya que era considerado hijo del Sol. El imperio se mantenía gracias a un sistema de trabajo, la mita, que posteriormente fue mantenido por los españoles para explotar las riquezas de la zona. Su economía era fundamentalmente agrícola, apoyada en una desarrollada ganadería, pero también tenían un peso importante la minería del cobre y del oro y la artesanía textil. Además practicaban una religión politeísta donde destacamos a los dioses Inti y Viracocha.
La conquista de América se producirá en diferentes etapas. Podemos establecer una primera entre 1502 y 1519 donde se van a desarrollar empresas de expansión territorial y explotación. Se explotan lavaderos acuíferos formándose las grandes capitales indianas en las Antillas Mayores, produciéndose una rápida desaparición de población indígena. Podemos decir que entre 1502 y 1519 se toman Jamaica, Puerto Rico y Cuba, actuando como enlaces decisivos en las posteriores conquistas en el continente. La segunda etapa se desarrollara entre 1519 y 1549, que tanto por su intensidad como por su complejidad destacamos las siguientes empresas: por un lado, la conquista de México entre 1519 y 1521. Se llevaron a cabo expediciones de tanteo por parte de Francisco Hernández de Córdoba en 1517, como por Grijalva en 1518. Será en 1519 cuando Hernán Cortés desembarca en Yucatán para conquistar Imperio Azteca, quien no tenía autorización del gobernador de la Villa Rica de la Veracruz. En noviembre de 1519, Cortés entra en Tenochtitlán, estableciendo relaciones cordiales con Moctezuma pero en 1520 se producirá una rebelión azteca donde muere Moctezuma. Será en 1521 cuando Cortés toma Tenochtitlán, capturando a Cuathemóc, acabando con el imperio azteca.
Por otro lado, la otra gran empresa será la conquista del Perú entre 1531 y 1533, realizada por Pizarro, Almagro y Hernando Luque, que antes tuvo dos fracasos en 1524 y 1526. En 1532 Pizarro llega a Perú y captura al inca Atahualpa, que tras un intento de rescate es ejecutado. Pizarro designa a Yupangui como nuevo inca y marcha a Cuzco, que fue tomada en noviembre de 1533. Tras una rebelión de Yupangui, Pizarro toma todo el Perú, iniciándose un período de luchas internas por el poder en Perú, que acabará con los asesinatos de Pizarro y Almagro. Igualmente en este periodo destacamos las conquistas de Colombia en 1538 y del Río de la Plata 1534, así como el desarrollo de expediciones a Florida, Nuevo México y Amazonas. La tercera etapa se desarrollará entre 1549 y el siglo XVIII donde se ocupan zonas no ocupadas anteriormente por indígenas. Destacamos en el siglo XVI la conquista de Nueva Vizcaya, Nuevo México, Florida, Costa Rica, destacando la creación de Buenos Aires en 1580. En el siglo XVII se tomará el norte de México y las cuencas de Orinoco y Amazonas. Finalmente en el siglo XVIII se toman lugares como California, Nayarit, Texas y Tamaulipas.
En cuanto a la colonización de América destacaremos varios aspectos, en primer lugar hablaremos de la división administrativa de los territorios americanos así como las instituciones de gobierno en la península. América fue dividida en dos virreinatos, el de Nueva España en México y Centroamérica, y el de Perú en Sudamérica. Ambos estaban dirigidos por virreyes nombrados directamente por los reyes castellanos y bajo su control se hallaban los gobernadores de provincias y los cabildos, gobernados por corregidores y alcaldes mayores. En cuanto a la administración de justicia, esta se llevaba a cabo en las audiencias. Para la administración del territorio americano se crearon dos instituciones en la península: el Consejo de Indias, que se agregó al sistema polisinodial de la Monarquía Hispánica, siendo el máximo órgano de gobierno para América que se dedicaba a asesorar al monarca y a la elaboración de leyes; y la Casa de la Contratación, con sede en Sevilla, que era la encargada de controlar la emigración y los productos que partían y llegaban del Nuevo Mundo, así como asegurar el cobro de impuestos.
En segundo lugar hablaremos de las actividades económicas ya que América supuso una importante fuente de ingresos para la Corona castellana. Por un lado destacar la agricultura y la ganadería que se practicaba en haciendas y estancias ganaderas donde se explotaba a los indígenas a través de la encomienda, sistema por el que los colonos recibían un grupo de indígenas a su servicio a cambio de que fueran mantenidos y evangelizados. Por otro lado tenemos la minería, donde las minas eran propiedad del Estado pero que concedía su explotación a manos privada a cambio de un quinto de la producción. Destacamos las minas de Zacatecas en México y Potosí en Bolivia que supusieron una fuente espectacular de metales preciosos para las arcas castellanas. El trabajo en las minas se llevaba a cabo a través de la mita, un trabajo obligatorio de los indígenas en las minas que se establecía a través de sorteo y a cambio de un salario. En último lugar destacamos el comercio que alcanzó un volumen muy desarrollado y que se estableció como un monopolio de la Corona que lo regulaba desde la Casa de la Contratación y se llevaba a cabo a través de un sistema de flotas que aseguraban la protección de los cargamentos americanos de los piratas. En este aspecto debemos destacar como la llegada masiva de oro y plata americanos provocó una revolución de los precios en Castilla que terminaría arruinando la economía castellana puesto que el incremento de precios no vino unido al desarrollo industrial de Castilla. Por el contrario, los grandes beneficiarios del comercio americano fueron los industriales italianos y flamencos, mientras que en Castilla, debido a la mentalidad rentista de las clases poderosas, se fue desarrollando un proceso de inflación que llevará a cabo una serie de bancarrotas que finalizarán en la crisis del siglo XVII. En tercer lugar hablaremos de la sociedad americana, puesto que la llegada de los europeos supuso una ruptura total del orden social establecido en América. Además se produjo un fuerte proceso de aculturación ya que se impuso, desde el poder castellano, la lengua y cultura castellana, así como la religión católica y las costumbres europeas, perdiéndose en muchos casos la idiosincrasia y las culturas indígenas. La sociedad americana se organizó en función de la raza y el color de piel, estableciéndose una fuerte división grupal: en lo más alto los peninsulares, que eran el grupo dominante que ocupaba los principales cargos políticos y eran los dueños de tierras y negocios; por debajo de ellos estaban los criollos, americanos descendientes de españoles, que pese a pertenecer al grupo superior no podían optar a algunos cargos políticos; tras ellos los mestizos, hijos de españoles e indígenas, cuyo número fue aumentando ante la falta de mujeres españolas; después se encuentras los indios, que eran la mayor parte de la población y a su vez se dividían en multitud de etnias, todas ellas subordinadas al dominio español; y para finalizar los negros, llevados como esclavos desde África a aquellas zonas donde escaseaba la mano de obra indígena. En este sentido debemos destacar la explotación que sufrió la población indígena que provocó un fuerte descenso demográfico debido a dos hechos cruciales: el primero será la aparición de enfermedades contagiosas europeas, como la viruela o la gripe, que provocaron una fuerte mortandad entre los indígenas; y el segundo los trabajos forzosos a los que fueron sometidos. Estos abusos fueron denunciados por algunos clérigos como Fray Bartolomé de las Casas, lo que provocó que en 1542 se promulgaran las Leyes Nuevas que reducían las encomiendas y obligaba a mejorar el trato dado a los indígenas, que en definitiva, también eran súbditos de la Corona castellana.
LA MONARQUÍA HISPÁNICA. Rescatado de la URL: https://blogsaverroes.juntadeandalucia.es/lassocialesdecurro/2020/03/01/unidad-7-la-monarquia-hispanica/ (diciembre 2020)
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