¿Qué
es lo que nos motiva?
La motivación intrínseca y la motivación extrínseca
La motivación intrínseca: Es la conducta que se lleva a cabo de manera frecuente y
sin ningún tipo de contingencia externa.
El propio incentivo es
intrínseco a la actividad misma, es decir, es la realización de la conducta en sí misma lo que nos
mueve, los motivos que conducen a la activación de este
patrón conductual son inherentes
a nuestra persona sin necesidad de estímulos externos. De ahí que este tipo de
comportamiento se considere intrínseco a las motivaciones personales de
cada uno.
Ejemplo:
Cuando ponemos en práctica un hobby, cuando realizamos una
actividad por el hecho de superarnos a nosotras mismas.
Por lo general suele verse de forma más fácil en la motivación deportiva y
también cuando tenemos una motivación personal sobre un proyecto nuestro que
tiene mucho valor para nosotros, aunque de cara a los demás pueda carecer de un
sentido práctico. alguna Existen películas en la que había un momento emotivo
en el cual la motivación
deportiva y la
motivación personal estaban a flote en mitad de un discurso que
inspiraba al equipo a ganar en el último segundo apelando a este tipo de deseos
personales de cada jugador.
Las características principales para que una conducta se considere intrínseca tienen que
ver con dos conceptos: la autodeterminación
y la competencia.
Estos dos elementos son los responsables de que nos guiemos por valores
intrínsecos bajo nuestra motivación propia en lugar de vernos influidos por
factores extrínsecos a nosotros mismos.
Estos sentimientos de competencia y autodeterminación no requieren de
motivaciones externas ni biológicas para su aparición, sino que son el agente
causal de la propia conducta.
Como seres humanos necesitamos transcender,
buscamos explorar nuestras propias competencias
y necesitamos conocer
cuáles son
y ponerlas apunto día tras día.
La competencia se entiende como el deseo
personal de controlar nuestro propio ambiente (White).
La motivación
extrínseca:
Son los motivos que impulsan la acción son ajenos a la misma, es
decir, están determinados por las contingencias
externas.
Esto se refiere a incentivos o reforzadores
negativos o positivos externos al propio sujeto y actividad.
Ejemplo:
Frecuentemente se da una motivación en el
trabajo que sea extrínseca basada en conseguir determinados objetivos.
Si se logra satisfacer las expectativas en
el trabajo entonces se logra un premio de recompensa.
Generalmente es el propio salario del
trabajo la principal motivación laboral que existe cuando hacemos algo a cambio
de un bien material.
Cuando el premio es extrínseco en lugar de
intrínseco el rendimiento disminuye.
En las últimas décadas, se está empezando a
valorar otro tipo de incentivos que no sean económicos tales como descansos,
reconocimiento que busca alentar al trabajador con frases motivadoras y
resaltando sus puntos fuertes, aunque se mantiene el factor material con mucha
diferencia como gran incentivo.
El motivo innato de curiosidad
Es un motivo de los más grandes
y más prácticos
que podemos tener.
El motivo de curiosidad viene definido desde los primeros años de vida como
la capacidad que tiene el individuo de estar en una situación en la que podemos
elegir varias respuestas, y es ahí donde se genera un impulso innato de búsqueda de información
para resolver el problema. Es un motivo intrínseco, no viene definido por
recompensas externas.
Concluyendo, debemos seguir en constante aprendizaje y
con una innata curiosidad hacia la vida.
Este conocimiento parte de nosotros mismos, de nosotras
mismas.
Debemos diferenciar nuestras motivaciones intrínsecas
y las extrínsecas,
y saber por qué actuamos.
A partir de ahí, es más fácil manejar las situaciones del
día a día.
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