miércoles, 9 de octubre de 2019

Frases de Porfirio Díaz

Las frases de Porfirio Díaz (1830 – 1915) son parte intrínseca de unas las etapas más importantes del México reciente y todo lo que aconteció política y militarmente.



«El Porfiriato» duró 35 años, pero sus citas serán eternas debido a la importancia histórica que tuvo en el país norteamericano.
– «Pobre de nuestro México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos».
– «Madero ha soltado al tigre, a ver si puede domarlo».
– «Poca política y más administración».
– «Perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra».
– «Que ningún ciudadano se perpetúe en el poder y esta será la última revolución».
– «Orden y progreso».
– «México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me lleven a ti».
– «Humanidad, despierta. La madurez consiste en saber establecer prioridades».
– «¿Todavía es ilegal hablar en contra del gobierno en turno?».
– «Sufragio efectivo, no reelección».
– «En este ocaso de mi vida sólo un deseo me queda: la dicha de mi país, la dicha de los míos».
– «Pan y palo».
– «Ese gallo quiere maíz».
- «Mátalos en caliente».
– «Es muy natural en los pueblos democráticos que sus gobernantes se cambien con frecuencia».
– «Combatiremos, pues, por la causa del pueblo, y el pueblo será el único dueño de su victoria».
– «Los mexicanos están contentos con comer desordenadamente antojitos, levantarse tarde, ser empleados públicos con padrinos de influencia, asistir a su trabajo sin puntualidad, enfermarse con frecuencia y obtener licencias con goce de sueldo; divertirse sin cesar, casarse muy jóvenes y tener hijos a pasto; gastar más de lo que ganan y endrogarse para hacer fiestas».
– «Puedo separarme de la presidencia de México sin pesadumbre o arrepentimiento; pero no podré, mientras viva, dejar de servir a este país».
– «Que la elección de Presidente sea directa, personal, y que no pueda ser elegido ningún ciudadano que en el año anterior haya ejercido por un solo día autoridad o encargo cuyas funciones se extiendan a todo el territorio nacional».
– «He esperado con paciencia el día en que la República de México esté preparada para escoger y cambiar sus gobernantes en cada período sin peligro de guerras, ni daño al crédito y al progreso nacionales. Creo que ese día ha llegado…».
– «En el curso de mi vida política he dado suficientes pruebas de que no aspiro al poder, a cargo, ni empleo de ninguna causa; pero he contraído también graves compromisos para con el país por su libertad e independencia, para con mis compañeros de armas, con cuya cooperación he dado cima a difíciles empresas, y para conmigo mismo, de no ser indiferente a los males públicos».
– «Cuando un hombre ha ocupado un puesto, investido de poder por largo tiempo, puede llegar a persuadirse de que aquel puesto es de su propiedad particular, y está bien que un pueblo libre se ponga en guardia contra tales tendencias de ambición personal; sin embargo, las teorías abstractas de la democracia y la práctica y aplicación efectiva de ellas, son a menudo necesariamente diferentes, quiero decir, cuando se prefiere la sustancia a la forma».
– «El progreso material a que ha llegado la república, se hace manifiesto en el desarrollo de las múltiples industrias que diariamente se implantan en ella».
– «Me siento herido. Una parte del país se alzó en armas para derribarme, y la otra se cruzó de brazos para verme caer. Las dos me eran deudoras de una porción de cosas».
– «Si en la República llegase a surgir un partido de oposición, le miraría yo como una bendición y no como un mal, y si ese partido desarrollara poder, no para explotar sino para dirigir, yo le acogería, le apoyaría, le aconsejaría y me consagraría a la inauguración feliz de un Gobierno completamente democrático».
– «No convoco ambiciones bastardas ni quiero avivar los profundos rencores sembrados por las demasías de la administración. La insurrección nacional que ha de devolver su imperio a las leyes y a la moral ultrajada, tiene que inspirarse de nobles y patrióticos sentimientos de dignidad y justicia».
– «Es un error suponer que el porvenir de la democracia de México se haya puesto en peligro por la continua y larga permanencia de un presidente en el poder. Por mí, puedo decirlo con toda sinceridad, el ya largo período de la presidencia no ha corrompido mis ideales políticos, sino antes bien, he logrado convencerme más y más de que la democracia es el único principio de gobierno, justo y verdadero; aunque en la práctica es sólo posible para los pueblos ya desarrollados».
– «Espero que calmadas las pasiones que acompañan a toda revolución, un estudio más concienzudo y comprobado haga surgir en la conciencia nacional, un juicio correcto que me permita morir, llevando en el fondo de mi alma una justa correspondencia de la estimación que en toda mi vida he consagrado y consagraré a mis compatriotas».
– «La clase media es, tanto aquí como en cualquiera otra parte, el elemento activo de la sociedad. Los ricos están siempre harto preocupados con su dinero y dignidades para trabajar por el bienestar general, y sus hijos ponen muy poco de su parte para mejorar su educación y su carácter, y los pobres son ordinariamente demasiado ignorantes para confiarles el poder. La democracia debe contar para su desarrollo con la clase media, que es una clase activa y trabajadora, que lucha por mejorar su condición y se preocupa con la política y el progreso general».
– «Las naciones son como los hombres, y éstos son, más o menos, lo mismo en todo el mundo; hay, pues, necesidad de estudiarlos para comprenderlos. Un Gobierno justo es, sencillamente la colectividad de aspiraciones de un pueblo traducidas en una forma práctica. Todo se reduce a un estudio individual. El individuo que apoya a su Gobierno en la paz y en la guerra, tiene algún móvil personal; ese móvil puede ser bueno o malo; pero siempre, siempre es en el fondo una ambición personal. El fin de todo buen Gobierno debe ser el descubrimiento de ese móvil, y el hombre de Estado debe procurar encarrilar esa ambición, en lugar de extirparla».
– «Don Porfirio ha sido el mejor presidente que ha tenido el país y es que precisamente él fue quien buscó, en materia económica, un equilibrio de fuerzas entre las que tenían injerencia en México como lo era Estados Unidos, Francia e Inglaterra».

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