México enfrenta una situación inédita ante la cantidad y frecuencia de los fenómenos naturales que se han presentado en nuestro territorio recientemente. En particular, los sismos del 7 y 19 de septiembre, y sus respectivas réplicas, que han llevado a emitir declaratorias de emergencia y desastre en 712 municipios de siete estados del país, además de las 16 demarcaciones territoriales de la Ciudad de México.

Ante esta situación de emergencia el Gobierno de la República está trabajando en tres etapas:

Primera etapa. Apoyo a la población damnificada, incluyendo la operación de albergues, la provisión de alimentos y el restablecimiento total de los servicios públicos básicos.

Segunda etapa. Elaboración de un censo exhaustivo de los daños materiales, el cual será  base para los trabajos de restauración y reconstrucción.

Tercera etapa. La reconstrucción, en sí misma, que requerirá inicialmente llevar a cabo la demolición de edificios con daños estructurales irreparables y la remoción de escombros.

Hay que destacar que en todas las etapas será necesaria la participación activa de los tres órdenes de gobierno, la sociedad civil y el sector privado en su conjunto. 

Pese a que se han realizado esfuerzos por aumentar los medios de respuesta para hacer frente a las amenazas naturales, los hechos de los últimos días reflejan que es necesario que los gobiernos municipales del país aumenten sus capacidades institucionales para ejercer acciones de prevención, gestión y reducción del riesgo de desastres, así como para la pronta recuperación de la vida cotidiana de todas las personas.

Los gobiernos municipales son el primer orden de gobierno, el de  contacto inmediato con la ciudadanía; por ello, su actuación en caso de un desastre resultante de amenazas naturales o las provocadas por el hombre, es primordial. Por ello,  deben integrar en sus políticas y programas de desarrollo sostenible, planes de gestión y reducción del riesgo de desastres, con especial atención en la prevención, mitigación de los desastres, la preparación para casos de desastre y la reducción de la vulnerabilidad.

De igual forma se deben fortalecer las instituciones y los mecanismos con que disponen para que puedan contribuir para aumentar la resiliencia ante las amenazas naturales a las estamos expuestos.

En la fase de reconstrucción de las comunidades damnificadas, los gobiernos locales habrán de coadyuvar y agilizar los procesos para que los habitantes reciban los apoyos y, de manera gradual, se reactiven las actividades cotidianas de la ciudadanía. 

Sin duda, la cultura de la prevención debe estar presente en todas nuestras acciones. Debemos saber qué hacer y cómo actuar ante emergencias, por ello te invitamos a acércate a las autoridades de los otros órdenes de gobierno, ellas te indicarán las acciones a seguir. 

Antes de actuar, infórmate y difunde información verídica.






Adoptemos una cultura de la prevención y aumentemos nuestra resiliencia ante fenómenos naturales.Rescatado de la URL: https://www.gaceta.unam.mx/crea-la-unam-aplicacion-sobre-fenomenos-naturales/ (agosto 2020)