Las danzas y bailes que se representaban, con una composición de pasos extraordinariamente finos en la manera de ejecutarse, con movimientos cepillados cruzados, pespunteados, valseados y zapateados. La actitud de la mujer era de sumisión y de discreta coquetería; y el hombre, la del clásico macho mexicano, adoptando poses al caminar, luciendo el traje de chinaco sonando sus espuelas y arrastrando el sarape, tan necesario, como el rebozo en la mujer.
Los sones antiguos tienen como elemento primordial la expresión del juego amoroso del gallo y la gallina así como también el enamoramiento de los palomos, dando a entender la pretensión de la mujer por el hombre.
Cada Son fue tomando nombre de las virtudes, actitudes, creencias y costumbres, características de cada época, resultando así el nacimiento de Sones como La Locomotora, El Conejillo, El Palomo, Los Enanos, La Atolera, El Perico, El Jorobado, El Durazno, La Jota, La Diana, entre otros.
El hombre vestía el traje de Chinaco o Charro de Caporal y la mujer el de Chinaca o China Poblana.
La mujer chinaca vestía falda amplia confeccionada en raso o brocado, enaguas y Calzonera, blusa escotada hasta los hombros y pañoleta, haciendo una combinación de color gris con azul, zapatillas de raso y rebozo de seda.
El traje de Chinaco consiste en pantalón con una abertura al frente, terminando en forma de campana, pliegues en forma de abanico complementando la vestimenta con una chaquetilla, camisa de batita muy amplia con cuello marinero y sombrero de ala plana.
La indumentaria de China Poblana se componía de falda de castor de color rojo y verde bordada con chaquira y lentejuela, usaban crinolinas y blusa blanca bordada y escotada, rebozo, zapatillas de raso, peinado de trenzas adornadas con listones de colores y peinetas, collares de coral y oro.
El traje de charro de caporal consistía en pantalón rayado de jerga, camisa blanca y chaleco con botonadura al frente, sombrero de pico y paliacate al cuello.
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