México tiene una diversidad cultural que ha sido representada a través de la pintura, la escultura, las piezas artesanales, la literatura, la música y la danza. Precisamente en el aspecto dancístico es que hay una diferenciación pues por una lado están las danzas populares ejecutadas por los pobladores de una comunidad que le dedican mucho tiempo pero no es su actividad principal y por otro, piezas de compositores mexicanos ejecutadas por bailarines que se dedican a la danza clásica o al ballet de forma profesional.
Pero desde la década de los 50 hubo diversos bailarines que comenzaron a mezclar el baile popular con las disciplinas dancísticas para dar origen a los ballets folklóricos. Uno de estos fue el Ballet Folklórico de Amalia Hernández, un conjunto que hasta ahora sigue presentando sus espectáculos a nivel nacional e internacional.
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Antecedentes del Ballet Folklórico de Amalia Hernández
Para comprender el pasado del Ballet Folklórico de Amalia Hernández, debemos conocer un poco de la historia de Amalia. Desde muy pequeña mostró interés por la danza y su familia le dio la posibilidad de estudiarla con profesores como Nesly Dambré, bailarina de la Ópera de París e Hipólito Zybin, bailarín del Ballet de Anna Pavlova. Éste último formaba parte de un proyecto que antecedió a la Escuela de Danza del Departamento de Bellas Artes en el que se buscaba profesionalizar la danza en México no sólo como disciplina sino también mediante la exploración de los bailes de los mexicanos.
Entonces, Amalia Hernández comenzó a tener acercamientos con los ritmos mexicanos adaptados a la danza clásica. En 1932, cuando se fundó la Escuela de Danza, Amalia fue una destacada alumna y en 1947, con la creación de la Academia de la Danza Mexicana, se convirtió en bailarina, profesora y coreógrafa de dicha institución.
Cinco años más tarde, Amalia Hernández fundó su propio grupo de danza, al que denominó Ballet Moderno de México, con ocho integrantes. Entonces hicieron una interpretación de Sones Antiguos de México que resultó tener mucho éxito y la profesora y coreógrafa decidió explotar su creatividad y talento a través de bailes folklóricos, aún nacientes como disciplina.
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Ballet Folklórico de México
Las coreografías e interpretaciones del Ballet Moderno de México llegaron a la televisión a través del programa Función de Gala que se transmitía a través de Telesistema Mexicano. Presentaron una coreografía nueva cada semana, sumando 67 programas y Amalia, además de coreógrafa, estaba en el cuerpo de bailarines que pasó de ocho a 20 integrantes. Estas participaciones le dieron un gran impulso pues las invitaciones a presentarse en escenarios internacionales comenzaron a llegar.
En 1959, el grupo de Amalia Hernández fue invitado como representante oficial de México a participar en los Juegos Panamericanos de Chicago que sucedieron del 27 de agosto al 7 de septiembre. Al ser un encargo especial, el número de bailarines aumentó a 50 personas. Ahí fueron presentados por primera vez como Ballet Folklórico de México.
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Después de esta presentación, Adolfo López Mateos, entonces presidente de México, ofreció todo el apoyo al Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández para que continuaran con sus actividades. Como consecuencia de este ofrecimiento, el Ballet Folklórico comenzó a presentarse en el Palacio de Bellas Artes, a partir del 11 de octubre de 1959, después de la exhibición al público de la cortina de cristal del escenario principal.
Desde entonces, el Ballet Folklórico de México tiene dos presentaciones los domingos y una el miércoles en el Palacio de Bellas Artes. Tienen su sede en la calle Violeta, en la colonia Guerrero, a espaldas del recinto en que se presentan cada semana. Además del Palacio de Bellas Artes, se han presentado en muchos de los escenarios más importantes de México, foros, festivales y ferias. También se han presentado en más de 60 países entre los que destacan los escenarios de la Ópera de París, el Kennedy Center, el Kremlin, Ópera de Tokio. Carnegie Hall y la Ópera de Sidney.
Además de cuadros inspirados en las danzas populares de diversas regiones de México, también tienen números inspirados en diferentes épocas de México, como la que relata la época de los Pachucos así como los que combinan con alebrijes o la época revolucionaria.
Aunque Amalia Hernández falleció en el año 2000, su legado a la danza mexicana y la consolidación del ballet folklórico como forma de expresión cultural de lo mexicano sigue vigente y se replica no sólo a través de su Ballet, sino también a través de cada grupo de danza que se inspira en éste para crear nuevos números.
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