El frasco de la felicidad, una idea de la famosa filósofa Elsa Punset, quien comenta que podés practicar ésta técnica vos solo, o en conjunto con tu familia o grupo de amigos.
Como primer paso necesitarás conseguir un frasco de vidrio de un tamaño grande en lo posible, porque la idea es llenarlo por completo al término de un año. Es importante que le pegues un rótulo para que todos sepan que ese es El frasco de la felicidad. También es importante dejarlo en un lugar visible de la casa, porque sino lo tenés a la vista lo más probable es que te olvides de seguir jugando.
Y a partir de ese momento todos los días, los integrantes del juego, deben pensar en algo positivo que les haya hecho feliz durante el día. Como la idea no es que, escribir cada día un hecho feliz sea algo forzado, podés escribir algo que deseás o aspirás, cosas que pueden ser las más simples y sencillas y que en definitiva son las más importantes. Sin darte cuenta irás viendo que algunos de esos deseos ocurren todos los días.
Qué cosas importantes se podrían escribir
La filósofa nos da algunos ejemplos de las cosas sencillas que puede contener el frasco y que al escribirlas por simples que parezcan tenemos que pensar que marcaron una diferencia positiva en nuestro día. Los ejemplos pueden ser:
- Una buena nota en un examen.
- Algo rico que comí.
- Algún trámite que terminaste de hacer.
- Conocer una persona nueva, en el trabajo, en alguna actividad o simplemente mientras caminás o viajás.
- Una persona que te saluda amablemente.
- Hacer una visita a alguien querido.
- Recibir un mensaje de alguna persona que hace tiempo no hablabas.
- Un regalo que te da una compañera de trabajo, una golosina, etc.
- Una frase que te regalan por mensaje, mail, wahtsapp.
- Ver el nacimiento de cachorros.
- Ver un pájaro construir su nido.
- Apreciar un día soleado después de días de lluvia.
- Recoger alguna flor de tu jardín para decorar tu casa.
- Ser bienvenida cuando llegas a casa con los festejos de tu mascota.
- El abrazo de un ser querido o a un ser querido.
- Un espectáculo que fuiste a ver.
- Un café que compartiste con algún amigo.
Y así pueden ser muchos más, aunque algunos parezcan cursis, son las cosas simples las más bellas de la vida. Entonces escribí ese episodio en un papelito, lo doblás y lo guardás en el frasco.
Si el frasco es tuyo solo podés además guardar algún recuerdo, como un envoltorio de algo que te regalaron o pudiste comprarte. Un recuerdo de un lugar que fuiste, etc.
A ésta técnica le podés hacer una variante y en lugar de poner cosas que te ocurrieron en el día, podés enfocarte en la relación que tenés con tu familia, amigos o pareja y escribir en los papelitos cosas positivas vividas con ellos.
Al terminar el año
Al terminar el año la idea es abrir el frasco, seguramente estará llenísimo. Llegó el momento de leer todos los mensajes positivos escritos.
- sirve para que aprendan a reflexionar sobre todo lo bueno que les sucede al cabo del día.
- También aprenden a apreciar los pequeños detalles, como un beso, una caricia, una sonrisa.
- Con la práctica de este juego los niños llegan a diferenciar los grandes problemas de las situaciones simples.
- Mejora la comunicación familiar y del grupo que participa del juego.
- Releer los mensajes son un buen recurso para auto motivarse.
- No tires los mensajes del año. Cuando sientas que la vida te dá un revés, volvé a leer los mensajes y vas a pensar que así como superaste cosas el año anterior lo podrás hacer el nuevo año.
Al releer los papelitos escritos la actitud va a empezar a cambiar sin darte cuenta y verás como todos los participantes del juego empezarán de a poco a ver el vaso medio lleno.
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