El ser humano es autónomo porque es libre.
Ser autónomo supone que tenemos capacidad para elaborar nuestras propias normas o leyes.
Somos independientes.
Elegimos con plena libertad.
El filósofo español Arturo Cadenas explica, que la felicidad del hombre reside en trazar un proyecto de vida, lo que resultaría del todo imposible si existiera el destino.
La felicidad, por tanto, reside en
la libertad del hombre de tomar sus propias decisiones.
La libertad desde la política, podemos decir que una
persona deja de ser libre en el momento en que se le trata de manera desigual,
se le considera inferior o se violan sus derechos inalienables.
Entendemos
por libertad a aquella condición que permite a una persona o ser vivo a vivir
de manera independiente, sin ser dominado o sometido por otro ser vivo.
Normalmente, el concepto de libertad es un concepto abstracto que se aplica
al ser humano y debido a que es
considerado uno de los derechos más importantes con los que debe contar todo
individuo, podemos comprender entonces su relevancia en la formación integral
de la persona.
Se
considera que la libertad es un derecho intrínseco al ser humano, lo cual
quiere decir que no debe ser quitada ya que aquella persona que le quite o
limite la libertad a otra estará infringiendo uno de sus derechos más básicos y
valiosos.
La
libertad es lo que
le permite al individuo tomar sus propias decisiones, hacer elecciones y, de
una manera u otra, construir su vida y su experiencia vital. Se supone que
siempre, en todas las cosas que hacemos o sobre las cuales, incluso sobre las
que no hacemos hay un nivel de libertad que supone algún tipo de elección (a
cambiar algo o a permanecer en un determinado estado).
Es imprescindible respetar las reglas de juego social
(que son las pautas aceptadas por las personas en su entorno social); ello no
tiene por qué perjudicar nuestra libertad. Es a la inversa: podemos ser libres
porque respetamos esas reglas. Si nadie cumpliese reglas, nadie sería libre. Los
derechos y deberes ponen límites a nuestra libertad, pero no la disminuyen. Al
contrario, son los que la hacen posible y la refuerzan.
La libertad da como resultado seres dignos y satisfechos ya que al
poseer un individuo su plena libertad puede elegir cómo llevar adelante su
vida, cómo transformarla o cómo mantenerla de acuerdo con lo que necesite o
quiera. Por eso, la importancia de la libertad recae en el hecho de que es un
elemento fundamental que contribuye directamente con la generación de una
persona con vida plena, satisfecha, llena de placer, alegría y mucho más fortalecida tanto a nivel
social como individual.
La responsabilidad
El ser humano es dueño de sus actos, y puede usar su libertad de diversas formas.
Sólo nos comportaremos como humanos
cuando seamos consecuentes, actuemos de forma razonable, crítica y autónoma.
Hacer un buen uso de la libertad
significa utilizar ésta para alcanzar fines buenos para nosotros mismos y para
los demás.
¿Qué es lo que nos hace prevenir las
consecuencias de una acción?
La responsabilidad.
Actitud que nos lleva
a evaluar y decidir nuestras acciones y sus consecuencias, buenas o malas.
La responsabilidad es necesaria para usar bien la libertad.
Sin responsabilidad, nuestra libertad es ciega, será
autodestructiva.
Si todos queremos ser libres, y que nos
reconozcan los demás el derecho a serlo, tenemos que controlar mediante la
responsabilidad el buen uso de la libertad.
Somos libres, y podemos elegir entre posibilidades. Pero no da lo mismo hacer una cosa que otra.
Con nuestros actos
nos vamos haciendo nosotros mismos, nos vamos configurando.
La voluntad es la capacidad de poner en ejecución lo que la razón nos dice que debemos hacer.
Para conseguir algo que merece la pena debemos echar mano de la fuerza de voluntad, que es una energía interna que nos permite tomar decisiones y llevarlas a la práctica, aun en contra de nuestros impulsos y deseos.
Al ganar en autonomía, nos haremos
responsables y podremos establecer nuestro proyecto personal de vida.
La responsabilidad como valor social está ligada al compromiso.
La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas.
Toda responsabilidad está estrechamente unida a la obligación y al deber.
Ambos conceptos constituyen la
materia prima de la responsabilidad.
Ser responsable en
el sentido global de la palabra significa:
1.
Responsabilidad
hacia uno mismo.
Soy responsable de
hacer realidad mis deseos, de mis elecciones y mis actos, de mi felicidad
personal, de elegir los valores según los cuales vivo y de elevar el grado de
mi autoestima. Me cuido y busco ser un ejemplo para mis hermanos y amigos.
2.
Responsabilidad
hacia las tareas a desarrollar.
Soy responsable del
modo en que distribuyo mi tiempo y realizo mis deberes y trabajos pendientes
tanto en la escuela como en casa. Recojo mis juguetes, doblo mis ropas, hago mi
cama...
3.
Responsabilidad en
el consumo.
Soy responsable de
mis gastos, de cuidar mis cosas y de elegir los regalos de Navidad,
cumpleaños... Vigilo si no he dejado luces encendidas antes de salir de casa y
valoro todo lo que gano de mis padres.
4.
Responsabilidad
hacia la sociedad.
Soy responsable de
mi conducta con otras personas: compañeros de trabajo, familia, amigos y de
comunicarme correctamente con los demás. Intento colaborar en lo que sea
posible.
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