domingo, 21 de octubre de 2018

El Componente Social de la Personalidad



Hay muchas investigaciones relacionadas con el diferente comportamiento social de la personalidad, entre ellas destaca la de Erich Fromm, que clasifico las personalidades orientadas hacia la función social:
• Orientación receptiva
• Orientación exploradora
• Orientación acaparadora
• Orientación de venta
• Orientación productiva


La orientación receptiva. Estas son personas que esperan conseguir lo que necesitan; si no lo consiguen de forma inmediata, esperan. Creen que todas las cosas buenas y provisiones provienen del exterior de sí mismos. Este tipo es más común en las poblaciones campesinas, y también en culturas que tienen abundantes recursos naturales, de manera que no es necesario trabajar demasiado fuerte para alcanzar el sustento propio (¡aún cuando la naturaleza pueda repentinamente limitar sus fuentes!). También es fácil encontrarlo en la escala más inferior de cualquier sociedad: esclavos, siervos, familias de empleados, trabajadores inmigrantes…todos ellos están a merced de otros.
Esta orientación está asociada a familias simbióticas, especialmente donde los niños son “absorbidos” por sus padres y con la forma masoquista (pasiva) de autoritarismo. Es similar a la postura oral pasiva de Freud; a la “leaning-getting” de Adler (acomodada) y a la personalidad conformista de Horney. En su presentación extrema puede caracterizarse por adjetivos como sumiso y anhelante. De forma más moderada, se presenta con adjetivos como resignada y optimista.

La orientación explotadora. Estas personas esperan conseguir lo que desean a través de la explotación de otros. De hecho, las cosas tienen un valor mayor cuanto sean tomadas de otros: la dicha es preferiblemente robada, las ideas plagiadas, y el amor se consigue basándose en coerción. Este tipo es más común en la historia de las aristocracias y en las clases altas de los imperios coloniales. Piénsese por ejemplo en los ingleses en la India: su posición estaba basada completamente en su poder para arrebatar a la población indígena. Alguna de sus características más notables es la habilidad de mantenerse muy cómodos ¡dando órdenes!. También la podemos encontrar en los bárbaros pastores y pueblos que se apoyan en la invasión (como los Vikingos.
La orientación explotadora está asociada al lado “chupóptero” en la familia simbiótica y con el estilo masoquista del autoritarismo. Es el oral agresivo de Freud, el dominante de Adler y los tipos agresivos de Horney. En los extremos, son sujetos agresivos, seductores y engreídos. Cuando están mezclados con cualidades más sanas, son asertivos, orgullosos y cautivadores.

La orientación acaparadora. Las personas que acumulan tienden a mantener consigo esas cosas; reprimen. Consideran al mundo como posesiones y como potenciales posesiones. Incluso los amados son personas para poseer, mantener o comprar. Fromm, perfilando a Marx, relaciona este tipo de orientación con la burguesía, la clase media comerciante, así como los terratenientes ricos y los artistas. Lo asocia particularmente con la ética laboral protestante y con grupos puritanos tales como los nuestros.
La retención está asociada a las formas más frías de familias apartadas y con destructividad. Yo añadiría aquí que existe también una clara relación con el perfeccionismo. Freud llamaría a este tipo de orientación el tipo anal retentivo; Adler (hasta cierto punto), le llamaría el tipo evitativo y Horney (más claramente) el tipo resignado. En su forma pura, significa que eres terco, tacaño y poco imaginativo. Si perteneces a una forma menos extrema, serías resolutivo, económico y práctico.

La orientación de venta. Esta orientación espera vender. El éxito es una cuestión de cuán bien puedo venderme; de darme a conocer. Mi familia, mi trabajo, mi escuela, mis ropas; todo es un anuncio, y debe estar “perfecto”. Incluso el amor es pensado como una transacción. Solo en esta orientación se piensa en el contrato matrimonial (estamos de acuerdo en que tú me darás esto y lo otro y yo te daré aquello y demás). Si uno de nosotros falla en su acuerdo, el matrimonio se anulará o se evitará (sin malos sentimientos; incluso ¡podríamos ser muy buenos amigos!. De acuerdo con Fromm, es la orientación de la sociedad industrial moderna. ¡Esta es nuestra orientación!.
Este tipo moderno surge de la fría familia apartada, y tiende a utilizar la conformidad autómata para escapar de la libertad. Adler y Horney no tienen un equivalente en sus teorías, pero quizás Freud sí: sería por lo menos algo cercano a la vaga personalidad fálica, el tipo que vive sobre la base del flirteo. En un extremo, la persona “que se vende” es oportunista, infantil, sin tacto. En casos más moderados, se perciben como resueltos, juveniles y sociales. Nótese que nuestros valores actuales se nos expresan a través de la propaganda: moda, salud, juventud eterna, aventura, temeridad, sexualidad, innovación…estas son las preocupaciones del “yuppie”. ¡Lo superficial lo es todo!.

La orientación productiva. Existe, no obstante, una personalidad más sana, a la que Fromm ocasionalmente se refiere como la persona que no lleva máscara. Esta es la persona que sin evitar su naturaleza social y biológica, no se aparta nunca de la libertad y la responsabilidad. Proviene de una familia que ama sin sobresaturar al sujeto; que prefiere las razones a las reglas y la libertad sobre la conformidad.
La sociedad que permita un crecimiento de este tipo de personas no existe aún, de acuerdo con Fromm. Por supuesto, que él tiene una idea de cómo debería ser. Lo llama socialismo comunitario humanista, ¡menudo bocado! Y desde luego no está compuesto por palabras que precisamente sean muy bienvenidas en EEUU; pero déjenme explicarme: Humanista significa que está orientado a seres humanos y no sobre otra entidad estatal superior (en absoluto) o a algún ente divino. Comunitario significa compuesto de pequeñas comunidades (Gesellschaften, en alemán), como opuesto a un gran gobierno central corporativo. Socialismo significa que cada uno es responsable del bienestar del vecino. Además de comprensible, ¡todo esto es muy difícil de argumentar bajo el idealismo de Fromm.
Fromm dice que las primeras cuatro orientaciones (a las cuales otros llaman neurótica) viven el modo (o modelo) de tenencia. Se centran en el consumo, en obtener, en poseer…Se definen por lo que tienen. Fromm dice que el “yo tengo” tiende a convertirse en el “ello me tiene”, volviéndonos sujetos manejados por nuestras posesiones.
Del otro lado, la orientación productiva vive en el modo vivencial. Lo que eres está definido por tus acciones en el mundo. Vives sin máscara, viviendo la vida, relacionándote con los demás, siendo tú mismo.

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