Nuestra historia empieza el Siglo IV a.C. con Aristóteles (384 – 322 a.C.).
Nació en Estargia, al norte de Grecia. Su padre fue el médico de Filipo de Macedonia (padre de Alejandro Magno). Desde los 18 años hasta los 38 estuvo en la escuela de Platón.
Con la muerte de Platón en el 347 a.C., decidió seguir sus estudios biológicos y filosóficos en Asia Menor. En el 342 a.C. regresó a Macedonia como tutor de Alejandro Magno, relación que duró dos o tres años. Hacia el 335 a.C. Aristóteles había regresado a Atenas, donde se ocupó de estudiar y explicar lógica, epistemología, física, biología, ética política y estética.
Fue el primer filósofo de la ciencia. Creó la disciplina al analizar ciertos problemas que surgen en conexión con la explicación científica.
En esa época se creía que existían dos mundos: el mundo de las ideas (un mundo perfecto, irreal) y el mundo de la materia (el real, el imperfecto). Pero Aristóteles creyó que solamente existía un mundo, el real, consideraba la naturaleza como algo sagrado, en donde todas las cosas podían estar de dos formas posibles: en acto, cuando se tiene todas las propiedades en ese mismo momento y en potencia, cuando todavía no han desarrollado las propiedades, pero las tendrán en un futuro. Por ejemplo, un niño es un adulto en potencia, pero un niño en acto.
Para Aristóteles la mente o psique es el acto primero de todas las cosas, es lo que hace posible que sintamos y percibamos. Existen además, tres tipos de psique: vegetativa (de las plantas), sensitiva (de los animales) y racional (del hombre). La psicología humana se basa en los cinco sentidos.
Creía que los procesos de conocimiento se producen a través de los sentidos. Sostenía que la mente en el momento del nacimiento es como una tabla rasa, carece de ideas innatas y todo depende del aprendizaje. Aprender depende directamente de la memoria, que trabaja en base a la semejanza (relacionando cosas parecidas), el contraste (observando diferencias) y la contigüidad (recordamos cosas que están juntas en espacio y tiempo).
Aristóteles afirmaba que los procesos de motivación estaban guiados por dos polos: agrado y desagrado. Nuestra mente nos guía hacia el agrado y rechaza o nos separa del desagrado. El fin último de cualquier motivación es la felicidad y ésta se consigue con la búsqueda del autoperfeccionamiento; ser más perfectos y completos.
Hemos de dar un gran salto en la historia para encontrar otra gran aportación a lo que se considera la base de la psicología filosófica, de la mano de René Descartes (1596-1650), considerado el primer hombre moderno por su pensamiento. Pertenecía a la nobleza francesa. Estaba muy interesado en las matemáticas, la ciencia y la filosofía, y decidió combinar sus propósitos intelectuales con los viajes. Pasó varios años viajando por Europa, frecuentemente como caballero voluntario en diversos ejércitos. En 1649 Descartes aceptó una invitación para convertirse en profesor de filosofía en la corte de la Reina Cristina de Suecia. Murió al año siguiente en Estocolmo.
Descartes postuló la doctrina del interaccionismo, según la cual el cuerpo y la mente se influyen entre sí en alguna medida, y que el punto de interacción entre ambos se halla en la glándula pineal.
También argumentó que debía existir un universo externo al Yo pensante, un universo no opaco a las facultades cognoscitivas del hombre. Escribe el famoso libro «Discurso del método» (1637), donde expone que podemos dudar de todo (de lo que percibimos), pero de una cosa no podemos dudar, de que estoy dudando; y si estoy dudando es que pienso, y si pienso es que existo. De aquí su famosa frase «pienso, luego existo» (cogito ergo sum). Para Descartes hay tres cosas de las que no podemos dudar: del Yo o del Pensamiento, del Mundo por su extensión y de Dios por su infinitud. Para él lo psíquico es lo consciente, o sea todo lo que existe en nuestra conciencia: la imaginación, la fantasía, los sueños, los recuerdos…
Sostuvo que cualquier idea que se presente a la mente a la vez de un modo claro y distinto debía ser verdadera. lo claro es lo que se presenta de modo inmediato a la mente y lo distinto es lo que a la vez es claro e incondicionado. Descartes decía que lo distinto se conoce per se, su evidencia es independiente de cualquier condición limitadora.
El análisis de la vida mental s. XVII-XVIII
En esta época la psicología en Europa empieza a interesarse por lo subjetivo, el Yo que está detrás de todo. Surge la corriente asociacionista, que hace una interpretación genético-biológica de la mente. Creen que la mente es como una tabla rasa al nacer, y que gracias a unos átomos psíquicos vamos obteniendo las sensaciones más elementales, que al repetirse van interaccionando y asociándose unas con otras dejando las huellas psíquicas con las que se va formando la mente. Somos lo que vivimos, las experiencias que tenemos.
Las leyes de la asociación de ideas nos dicen que aprendemos a través de los sentidos, gracias a la semejanza entre objetos, el contraste y la contigüidad (en espacio y tiempo).
La psicología asociacionista es una psicología práctica, que intenta explicar las cosas de una manera sencilla y demostrable, de aquí surge el término de empirismo.
El análisis de la estructura humana s. XVIII
Immanuel Kant (1724-1804) fue profesor de filosofía en la Universidad de Königsberg, en Alemania. Su obra más famosa «La crítica de la razón pura» apareció en 1781. Kant permaneció soltero y llevó una vida metódica y sin sobresaltos. Un autor muy preocupado por el pensamiento humano y por cómo conocemos la realidad sostuvo que existe un conocimiento a priori sobre la realidad de las cosas y luego nuestra mente añade su propio orden a las sensaciones (conocimiento a posteriori), no tenemos una mente pasiva. Dijo además, que debe establecerse una distinción entre un fenómeno y un nóumeno. El primero se refiere a una idea o percepción, es la manera en que las cosas se nos aparecen en la mente. El nóumeno, por el contrario, se refiere a la «cosa-en-sí», la existencia efectiva de un objeto. Esta diferenciación nos sugiere que nunca podemos conocer la realidad directamente, que somos prisioneros de nuestros órganos sensoriales y de las percepciones de nuestra mente.
Los discípulos de Kant son los psicólogos de la conciencia: según el filósofo escocés William Hamilton (1788-1856), la psicología debe investigar los fenómenos de la conciencia por la observación externa y la estadística. Johan Herbert (1776-1841), otro discípulo de Kant y sustituto en su cátedra de Königsberg (Alemania) hace una importante aportación diciendo que «lo que tenemos en la conciencia varía continuamente». No podemos retener ni un pensamiento, ni un estado de ánimo, no hay nada que permanezca. Todo lo que hay en la conciencia fluye en el tiempo, no en el espacio, y no podemos hacer ciencia de algo que varía constantemente, que no tiene estabilidad.
En este momento histórico aparecen también una serie de autores escoceses como Thomas Reid (1710-1796), que se plantea la pregunta de cómo puedo estar seguro de que lo que veo y siento es real, no una alucinación. La respuesta que da a esta pregunta es que lo reconocemos gracias al sentido común. A esta escuela se la llama la Escuela del Sentido Común. Por otro lado, Dougald Stewart (1753-1828) destaca la importancia de la atención como algo mental. Cuando hay varios sonidos, personas, objetos, centramos nuestra atención en una cosa, que es la figura y el resto para nosotros será el fondo, lo que queda en un segundo plano, que constantemente va variando. La atención es algo que varía y con ella nuestra percepción y motivación. Finalmente, Destutt de Tracy (1754-1836) hace la aportación de la intuición dentro de nuestro pensamiento, que es una especie de sexto sentido; la persona sabe algo, pero no puede decir porqué lo sabe o en qué se basa este conocimiento.
La creación de la Psicofísica s. XIX
Hasta ahora hemos visto que la psicología es una mezcla entre la filosofía y la fisiología. La Psicofísica intenta buscar una relación entre nuestras sensaciones y las magnitudes físicas.
El Positivismo es una corriente que cree que todas las ciencias, incluida la psicología, deben mostrar sus descubrimienos con fórmulas matemáticas, todo debe ser expresado en números para poder medirse y comprobar. El fisiólogo J. Müller (1801-1858) es conocido por escribir un libro considerado esencial para los estudiantes de medicina: «Tratado General de Fisiología«, en el que dice que no hay más psicólogo que el fisiólogo. Según él, nuestras sensaciones vienen por los sentidos y los nervios que trasmiten los estímulos captados por nuestro cuerpo. Ante estímulos iguales, las sensaciones son distintas porque los sentidos lo son.
Hay dos tipos de sentidos: los que captan la información del exterior o exteroceptores y los que captan los del interior o propioceptores. Dentro de estos últimos están el cinestésico que nos informa sobre el estado de nuestro aparato locomotor, los cenestésicos que nos informa del estado general de nuestro cuerpo y los de orientación y equilibrio que nos dicen si estamos orientados con respecto a los demás cuerpos.
Müller describió tres tipos de umbrales dentro de la captación de estímulos: el máximo o la magnitud del estímulo a partir de la cual no percibimos ningún cambio en la sensación por encima de determinados valores, el mínimo que es la magnitud mínima o cantidad de estímulo que necesitamos para captar una sensación y el diferencial, que es la cantidad que hay que añadir para que captemos un cambio en la sensación.
Ernst Weber dedujo que si dividimos el incremento necesario para captar una magnitud por esa misma magnitud, nos sale una cantidad constante que llamó K de Weber. Gustav Fechner siguió los estudios de Weber y dedujo que para calcular el incremento de una sensación, se debe multiplicar una constante de proporcionalidad por el incremento de la magnitud y dividirlo por esa misma magnitud. Pero lo que en un principio se creía que era muy importante, luego se vio que no lo era y estas fórmulas quedaron en desuso.
Los comienzos de la Psicologia Descriptiva
Durante el s.XIX se produce una gran transformación en Europa con la revolución industrial y la creación de las primeras fábricas, además de la importante migración de la gente del campo a las ciudades.
Paralelamente surge la Psicología Descriptiva que se basa en la descripción de fenómenos. Uno de sus principales representantes fue el psicólogo inglés John Stuar Mill (1862-1873), un gran economista. Quiso entender la mente y la analizó desde el empirismo y el asociacionismo.
Dijo que en la mente se encuentra la experiencia formada por sentimientos y de ahí pasamos a las vivencias, a lo que experimentamos. Hace una psicología Descriptiva como una descripción de los sentimientos.
Alexander Bain (1812-1903) fue otro autor que en 1855 escribió «Los sentidos y la Inteligencia» de gran repercusión europea, donde definió dos tipos de personas: Las emotivas (se rigen por las emociones y vibran ante cualquier cosa y frecuentemente no pueden controlar sus emociones) y las intelectuales (lo analizan y racionalizan todo, se autocontrolan y raramente permiten que sus emociones salgan a flote).
Como asociacionista que también era, define dos nuevas leyes de la asociación de ideas: la relatividad donde nuestros estados mentales son relativos porque dependen en cada momento de la situación anterior y la difusión que va de lo orgánico a lo psíquico y viceversa.
Herman Lotze (1812-1881) era un médico alemán. Fue el primer profesor que dio clases de psicología clásica sobre percepción y atención. El pensamiento para Lotze lo abarca todo, quiere decir que el pensamiento construye las percepciones que le dan sentido. Las cosas que vemos con nuestros ojos son datos inconexos, pero luego nuestra mente construye la «historia» de lo que observamos para darle sentido.
El evolucionismo en Psicología
El evolucionismo empieza a mitad del siglo XIX y afecta a todas las ciencias (medicina, biología,…). A partir de este momento la psicología será evolucionista. El hombre es una pieza más del mundo, un elemento más, no es el centro de todo.
Aparece el Funcionalismo, que define el comportamiento o conducta como adaptación al medio. Un animal que no se adapta al medio, desaparece. Los que mejor se adaptan son los más fuertes. También surge la Psicología Comparada o psicologia animal que dice que no hay grandes diferencias entre el comportamiento humano y el animal. Y finalmente nos encontramos con la Psicología Diferencial en que lo importante es la adaptación, cada persona se adapta de forma distinta, según sus características, ante la misma circunstancia, por tanto nos dice que si nos adaptamos de forma distinta, es porque somos distintos.
Pero la verdadera aportación de esos tiempos fue la de Charles Darwin (1809-1882), sacerdote anglicano protestante. Hizo un viaje alrededor del mundo que duró unos cuatro años recogiendo información de especies animales y vegetales. Cuando llegó a las islas Galápagos encontró especies que solamente existían allí, debido a un entorno determinado que las hizo evolucionar de forma diferente. Por tanto, en condiciones y circunstancias distintas, seríamos diferentes y siempre producto de la evolución.
Para Darwin el hombre viene de una especie menos evolucionada, del primate, que gracias a un pequeño cambio cromosómico nos hemos diferenciado. Todos estos conocimientos quedan reflejados en su obra «La selección de las especies«.
Un primo de Darwin, Francis Galton (1822-1911) después de leer su obra, decidió aplicar estos conocimientos a la psicología, concretamente al estudio de la inteligencia. Fue el primero en utilizar la estadística en sus observaciones. Mide la inteligencia de muchas personas en Europa y hace la media aplicando la Campana de Gauss, la mayoría de personas están en el centro y alrededores, pero unos pocos están muy por debajo o por encima de la media. Para Galton el factor más importante de la inteligencia es el genético, mucho más que el ambiental.
La orientación social de la Psicología
Con la revolución industrial gracias al enorme aumento de la técnica y la aparición de las máquinas de vapor que sustituyen a los obreros en sus trabajos, mucha gente se queda en paro, dando lugar unos problemas sociales importantes. Se forman agrupaciones en forma de sindicatos, partidos políticos, asociaciones, etc. que obligan a valorar la nueva situación de una forma nueva y diferente. La gente debe adaptarse, como dijo Darwin, sólo sobreviven los más fuertes. Existe gente muy rica y gente muy pobre, sin recursos sociales.
En Alemania se empieza a estudiar también la psicología de los pueblos o Psicología Etnológica, que observa a los distintos pueblos y razas y su sentimiento de nacionalismo. Dicen que cada pueblo tiene un espíritu común.
Por otro lado, Hyppolite Taine (1818-1883) un filósofo francés, aportó la idea de que el ambiente tiene una enorme influencia sobre la personalidad. Para él la psicología debe dejar de estudiar los fenómenos como la voluntad o la memoria y centrarse en los hechos observables: el comportamiento.
La constitución de la Psicología Contemporánea
La psicología científica aparece con el primer laboratorio de psicología el 1879, creado por Wilhem Wundt (1832-1920), un profesor de medicina y fisiología humana de la Universidad alemana de Leipzig, a quien le interesaba conocer tanto los problemas fisiológicos como los filosóficos que forman la base de la psicología. Fue el fundador del Estructuralismo. En este laboratorio estudia las sensaciones a un nivel muy elemental, como el calor y el frío. Escribió el libro «Fundamentos de la Psicología Fisiológica» uno de los libros más citados dentro de la psicología. Para Wundt hay dos aspectos esenciales en el comportamiento: lo objetivo (lo que vemos y sentimos) y lo subjetivo (cómo captamos aquello que estamos percibiendo).
Con esta nueva psicología experimental se describe por primera vez el tiempo de reacción, que es lo que tarda el organismo en reaccionar a un estímulo determinado. También se descubren las primeras localizaciones cerebrales, base somática de la conducta y surge la idea de enfermedades mentales como enfermedades del cerebro, algo fisiológico. Wundt era un individuo con vastos intereses intelectuales. Por ejemplo, entre 1900 y 1920 publicó una obra de diez volúmenes titulada Psicología de los pueblos, en la que examinaba el desarrollo psicológico de la humanidad.
Aparece también una psicología basada en la comprensión de la mano de Wilhem Dilthey (1833-1910), aunque ésta sería mucho menos experimental que la anterior. Estudia la aportación que hace la cultura a la psicología, interesándose también por las leyes que rigen la conciencia humana. Quiere comprender el comportamiento desde los procesos motivacionales (el motivo más importante es la vida y su valor), los procesos cognitivos (la inteligencia) y los procesos de personalidad (que es la unidad de todas nuestras sensaciones y fenómenos psíquicos).
También es en esta época que William James (1842-1910), hermano del famoso escritor Henry James y profesor de medicina, filosofía y psicología, hizo una importante aportación referente a la vida mental. Habló de las aferencias que son las comunicaciones que se producen entre el interior y el exterior del organismo, y de las eferencias que son la respuesta que ejerce el organismo desde el interior al exterior hacia un estímulo. Para James la conciencia es un producto de la evolución, cambia y fluye constantemente. También describió tres partes de la personalidad: el Mi o Yo material (mi cuerpo), el Mi social (las personas de nuestro alrededor como la familia, amigos, etc) y el Mi espiritual (lo que pienso, mis ideas y sensaciones).
El desarrollo de la Psicología Experimental
Los primeros estudios sobre la memoria parten de Hermann Ebbinghaus (1850-1909). Su obra principal «Sobre la memoria» es donde quedan reflejados sus estudios de medición de la capacidad para memorizar bajo un método rigurosamente experimental. Primero trabajó con la memorización de sílabas sin sentido, para que el significado de las palabras no pudiera ser de ayuda y luego pasó a sílabas con sentido, y concluyó que la memoria era igual prácticamente en un caso como en el otro. Determinó que para memorizar 12 sílabas necesitamos 6’8 seg./sílaba, pero para aprender 24 el tiempo es más del doble, 17’6 seg./sílaba. También dijo que para aprender algo nuevo debemos olvidar algo viejo, esto comportó y comporta el cuestionamiento de los exámenes, ya que se olvidan rápidamente cuando hemos de prepararnos el siguiente. Al principio olvidamos con enorme rapidez y luego lo hacemos más lentamente, pero nunca llegamos a olvidar todo por completo, siempre queda un poco en la memoria. Cuando intentamos recordar algo muchas veces estos recuerdos se deforman, y esto es porque tendemos a simplificar y regularizar lo recordado, porque establecemos relaciones lógicas entre recuerdos inconexos y porque intervienen factores afectivos de cada uno.
El creador de los primeros estudios sobre la inteligencia fue Alfred Binet (1857-1910), al principio tuvo como primera vocación el derecho y no inició sus estudios de psicología hasta los 37 años de edad. A finales del s. XIX el Gobierno francés obligó a todos los niños a escolarizarse, por eso Binet fue el encargado de confeccionar unas pruebas para saber qué niños tenían retrasos. Estas pruebas las pasó a escolares de entre 3 y 15 años y las llamó Pruebas de Inteligencia. Utilizó un criterio estadístico para medir la inteligencia y le llamó Cociente de Inteligencia (CI), que se calcula dividiendo la edad mental entre la edad cronológica y multiplicando por cien.
En 1916 estas pruebas se tradujeron al inglés y pasó a llamarse Test de Stanford (porque se tradujo en esta Universidad) o Test de Stanford-Binet.
La Psicología Reflexológica Rusa
Esta psicología tiene una perspectiva muy fisiológica, todo lo que existe es material y a esto se le denomina monismo: sólo existe una única realidad, que es la material.
Ivan Sechenov (1822-1905), médico y fisiólogo, se interesó por conocer lo que llamó los reflejos del cerebro (por eso a esta psicología la llaman reflexológica). Existen unos reflejos que son involuntarios, como cuando se nos introduce algo en el ojo y parpadeamos instintivamente, y otros que son voluntarios. Publica el libro «Los Reflejos del Cerebro» donde dice que la psicología debe ser estudiada por un psicólogo-fisiólogo con métodos científicos. Por el contrario este autor deja muy pocos trabajos experimentales realizados.
Pero la figura más destacada de esta psicología fue sin duda Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936), un fisiólogo ruso (discípulo de Sechenov), ganador del Premio Novel en 1904 por sus investigaciones sobre el funcionamiento de las glándulas digestivas. Trabajó de forma experimental y controlada con perros, a los que incomunicaba del exterior en el laboratorio que se pasó a llamar «las torres del silencio». Sus estudios lo llevaron a interesarse por lo que denominó secreciones psíquicas, o sea, las producidas por las glándulas salivales sin la estimulación directa del alimento en la boca. Pavlov notó que cuando en la situación experimental un perro escuchaba las pisadas de la persona que habitualmente venía a alimentarlo, salivaba antes de que se le ofreciera efectivamente la comida; no obstante, si las pisadas eran de un desconocido, el perro no salivaba. Estas observaciones le inspiraron para llevar a cabo numerosos estudios que fueron la base del Condicionamiento Clásico. Nunca se consideró un psicólogo, y hasta el fin de sus días sostuvo que era un fisiólogo.
Otro científico ruso, Vladimir Bechterev (1857-1927) establece el esquema en que se basa la psicología del hombre: hay un estímulo que llega a nuestro organismo y luego se produce la respuesta: Estímulo-Organismo-Respuesta, es como una cadena. Otra cosa importante que aporta este autor es el concepto de situación ambiental; dependiendo de cada situación y época en que nos encontremos nuestro comportamiento será distinto. Para analizar esto se fija en las arañas, la tela que hace una araña depende de su situación ambiental, si hay mucha comida la tela será pequeña pues le resultará fácil cazar así, mientras que si la comida escasea, tendrá que hacer una tela muy grande para poder tener más éxito en su captura.
El Psicoanálisis
Sigmund Freud (1856-1939), fundador del psicoanálisis, nació en Freiberg, de padres judíos. Se trasladó a vivir a Viena donde estudió medicina especializándose en neuropatología, concretamente en la parálisis infantil y en los problemas del lenguaje como la afasia.
Por aquellas épocas los judíos no podían trabajar en instituciones públicas como los hospitales, ni tampoco dar clases en la Universidad, por eso se situó en una consulta privada.
Su paso a la psicopatología se produjo cuando conoció a Jean-Martin Charcot, médico especializado en enfermedades nerviosas, que practicaba la hipnosis para curar a las enfermas de histeria en el Hospital de Salpetriere de París.
El Gobierno francés le concedió una beca a Freud para ir un año a estudiar en París y fue allí donde pudo observar cómo unas mujeres paralíticas con un síndrome histérico, se levantaban durante las sesiones de hipnosis de Charcot. Comprueba que hay un nivel mental que sigue funcionando en el inconsciente, incluso estando bajo los efectos de la hipnosis.
Junto a su amigo Joseph Breuer, que también tenía una consulta en Viena, es cómo Freud hizo su paso hacia el Psicoanálisis. Breuer trataba una paciente, Anna O. que tenía desmayos, taquicardias y problemas cutáneos, pero gracias a la hipnosis estos síntomas se iban reduciendo e incluso desaparecían. Lo que producía dichos problemas en la paciente fueron los abusos sexuales que sufrió en su infancia por un familiar. Fue a partir de aquí que Freud dijo que detrás de cada problema psicológico existe también otro problema sexual.
Para Freud la mente tiene tres subsistemas: el consciente o lo que estamos pensando, el preconsciente que es lo que no hay en el consciente, pero en cualquier momento puede estarlo y el inconsciente que se encuentra oculto y nuestra mente no permite que aflore, sólo sale a través de los sueños, de los errores que cometemos sin querer, de las asociaciones libres o bajo hipnosis. Dijo que los procesos psíquicos son en sí mismo inconscientes y que los procesos conscientes no son sino actos aislados o fracciones de la vida anímica total. Esta afirmación está relacionada con el segundo principio donde determinados impulsos instintivos los clasifica de impulsos sexuales. Según Freud la líbido es la fuerza impulsiva que representa el instinto sexual, la energía relacionada con todas las emociones que denominamos con el término amor. La evolución de la líbido en el hombre pasa por cuatro fases desde su nacimiento: oral, sádica, anal y fálica.
Otro esquema mental que describe Freud es a partir de tres instancias denomionadas Ello, Yo y Super-Yo. De todas ellas, la parte más profunda de la psique es el Ello, en el cual radica todo lo heredado, los impulsos instintivos y predomina el «principio del placer». Es inconsciente en su totalidad. El Yo es el «principio de realidad», es consciente y tiene la función de la comprobación de la realidad, así como la regulación y control de los deseos e impulsos provinientes del Ello. Más adelante, el Yo da lugar al nacimiento del Super-Yo, que es el representante interior de la autoridad y normas de los padres, así como de la educación recibida y de la sociedad en general, tiene un campo inconsciente con algo consciente.
La Psicología Profunda
Dentro del Psicoanálisis aparecen distintas alternativas a la obra de Freud por parte de sus discípulos, entre los que se encuentra Alfred Adler (1870-1937), médico vienés especializado en oftalmología y también judío que se incorporó al psicoanálisis en 1902, pero en 1911 Adler crea su propio sistema psicoanalítico que se basa en la importancia de las compensaciones; cuando algo sobre nosotros nos falla o no nos satisface, tendemos a compensarlo, la finalidad es compensar los complejos que tenemos. El complejo más estudiado en Europa es el de la inferioridad, que se compensa creando psicológicamente un complejo de superioridad, por lo que ambos mecanismos, inferioridad-superioridad se suelen dar juntos. Adler le llama Psicología Individual para diferenciarlo del Psicoanálisis, donde lo más importante es el individuo, la persona y cómo ésta se integra en la sociedad de la mejor forma posible. Otro punto importante para este autor es la situación ambiental en la que se mueve la persona, así como las metas u objetivos que la persona se propone, pues permite su propia integración. Estos objetivos deben requerir un esfuerzo, sin ser tampoco muy difíciles de lograr, puesto que si no se consiguen producen frustración.
Carl Gustav Jung (1875-1961) fue un psiquiatra suizo que quedó impresionado por las teorías de Freud. Se hicieron muy amigos, y Freud creyó que Jung sería el heredero incuestionable de la conducción intelectual del movimiento psicoanalítico. Había entre ambos una diferencia de edad de casi veinte años, y Freud empezó a tratar a Jung casi como a un hijo adoptivo. Jung se convirtió en 1910 en el primer presidente de la Asociación Psicoanalítica Internacional.
Más adelante, Jung empezó a discrepar de Freud sobre diversos puntos teóricos y realizó trabajos originales sobre la teoría de la personalidad, fundando su propia escuela psicológica. Sustituyó el concepto de líbido de la sexualidad freudiana por el de energía. Además define a las personas como introvertidas (con una vida interior muy intensa, que les gusta estar en soledad) y extravertidas (personas con facilidad para conectar con los demás, que les gusta estar en compañía). Otro concepto importante que incluye es el de inconsciente individual y el colectivo, este último es heredado, ideas que ya poseemos a nacer y que está dentro de nosotros a nivel inconsciente. Es una psicología innatista.
Paralelamente a la obra de Freud nace la obra del francés Pierre Janet (1859-1947), que no es psicoanalista. Estudia el sonambulismo y las personalidades a las que llama desintegradas, que no tienen un Yo que las unifique, sino que hay varios núcleos de personalidad, en estas personas las manías se convierten en ideas obsesivas que no pueden controlar. Da mucha importancia a los sentimientos. Dice que lo que deseamos todos es sentirnos queridos, para así conseguir un equilibrio psicoemocional de la personalidad. Lo que más desintegra la personalidad y crea mayores traumas son las crisis sentimentales o de pareja. Si los demás no nos aceptan o no nos quieren, tampoco nos querremos nosotros. Janet da gran importancia a la inteligencia emocional y la empatía.
El desarrollo de la Psicología Americana y el Conductismo
Edward Tichner (1867-1962) nació en Chichester (Inglaterra). Marchó a Alemania para estudiar en el laboratorio de Wundt, donde hacen una psicología de la experiencia. En el laboratorio estudian las sensaciones, la parte más pequeña de la conducta humana o de la experiencia.
Para Tichner el estudio del comportamiento debe tener tres partes: el estudio de la anatomía del cerebro (Psicología Fisiológica), el estudio de la función o finalidad del comportamiento (Psicología Funcional) y el estudio psicológico del desarrollo humano (Psicología Evolutiva). A esto se le ha llamado Estructuralismo.
Por otro lado aparece el Funcionalismo de la mano de John Dewey (1859-1949), que asegura que la adaptación es algo muy importante para la vida, pues el mundo cambia tan deprisa que los que no se adaptan no pueden seguir el ritmo, quedando marginados. Precisa que la finalidad del pensamiento no es otro que resolver problemas. A partir de aquí salen el conductismo y el cognitivismo.
Considerado el creador del conductismo, John Broadus Watson (1878-1958), durante toda su vida fue enemigo de las ideas imprecisas y de las investigaciones descuidadas. Consideraba que las teorías de Freud eran muy vagas. Según él, para salir de los oscuros y tenebrosos senderos de la filosofía especulativa y de la psicología subjetiva debía seguirse el camino del conductismo, escuela de psicología para la cual el concepto de conciencia no era útil ni necesario en la descripción, explicación, predicción y control de la conducta.
Watson propuso para la psicología un ambicioso programa de investigación, que hacía hincapié en la recolección de datos mediante experimentos bien diseñados. Entendía que la finalidad de esta ciencia era poder predecir la respuesta de un organismo frente a un estímulo determinado. A esto se lo llama a veces la «psicología del estímulo-respuesta» (Psicología E-R). Esta psicología presta escasa atención a los pensamientos y sentimientos. El prestigio de que gozó Watson dio un notorio impulso al estudio del aprendizaje, convirtiéndolo en una de las esferas principales de la psicología contemporánea. Fue elegido presidente de la Asociación Psicológica Norteamericana en 1915.
Otra figura muy importante del conductivismo fue Burrhus Frederic Skinner, nacido en 1904 en Susquehanna, una ciudad del noreste de Pensilvania. Estudió en Hamilton College el comportamiento animal. Dice que la psicología es una rama experimental de la ciencia natural, donde es posible controlar y predecir la conducta si se hace bajo una observación directa y en condiciones experimentales de estímulo-respuesta. Quiere prescindir completamente de la conciencia y de la introspección del Psicoanálisis.
Pionero en el análisis experimental de la conducta humana, junto con otros intelectuales de la época fundó la revista «Journal of the Analysis of Behavior«. Profesor en la Universidad de Harvard desde 1948, introdujo en el programa de clases un curso sobre Ciencia y Comportamiento Humano. Fue el descubridor del Condicionamiento Operante.
Skinner es conocido también por la cantidad de invenciones que pertenecen a la «tecnología psicológica», como un medio controlado para el estudio de niños pequeños, un sistema de misiles guiados mediante palomas, el aparato de condicionamiento operante conocido como «caja de Skinner» y la «máquina de enseñar».
En sus teorías formales no aplica en absoluto las concepciones del sentido común, según las cuales todo ser humano es consciente y autónomo. En uno de sus libros, Más allá de la libertad y la dignidad (1971), aduce que el concepto de hombre autónomo, que en esencia significa que el ser humano tiene libre albedrío, ha caducado, porque carece de utilidad para predecir y controlar la conducta. Dice que la conducta es conformada por sus propias consecuencias.
La Psicología de la Gestalt
Max Wertheimer (1880-1943), psicólogo alemán, fue el creador de la psicología de la Gestalt. Mientras enseñaba en la Universidad de Francfort llevó a cabo el primer experimento de esta nueva psicología. Dicho experimento se basaba en el fenómeno del movimiento aparente, al que denominó fenómeno fi. El fenómeno fi tiene lugar cada vez que asistimos a una proyección cinematográfica: una serie de fotografías aisladas estáticas adquieren movimiento para la percepción si se las presenta de determinada manera. Utilizando a tal fin un taquistoscopio, pudo probar que el fenómeno fi dependía de ciertos intervalos de tiempo críticos; y lo que es más importante, sostuvo que no podía explicárselo a partir de los elementos sensoriales aislados ni de ninguna otra serie de elementos psicológicos. Se trataba de una experiencia irreductible, en la cual la Gestalt o configuración total precedía a las partes. Con esta argumentación se opuso abiertamente a la escuela del estructuralismo y a las enseñanzas de Wilhelm Wundt.
Wertheimer estableció una serie de leyes de la organización perceptual, basándose en que las organizaciones perceptuales son innatas. Nuestra tendencia a percibir objetos al modo de configuraciones o totalidades organizadas es un elemento dado, que procede de la manera en que el sistema nervioso humano procesa los datos. La psicología de la Gestalt, pues, se funda básicamente en la doctrina del innatismo.
Otra personalidad que dio origen a la psicología de la Gestalt fue el psicólogo alemán Wolfgang Köhler (1887-1957). Emigró a Estados Unidos antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial y prosiguió su carrera docente en Swarthmore College. Contribuyó a establecer el concepto de aprendizaje por introvisión. En su libro «La mentalidad de los monos», publicado en 1925, describe experimentos realizados con monos en la isla de Tenerife durante la Primera Guerra Mundial. Demostró que los simios aprenden a partir de totalidades y no de las partes, y adujo que lo que es válido para los simios lo es mucho más para los seres humanos, increpando así a los conductistas con su manera harto mecánica de concebir el aprendizaje humano.
Psicologia Cognitiva
En la psicología actual está teniendo lugar una «revolución cognitiva», renaciendo el interés por la cognición, la formación de conceptos y el pensamiento. Gran parte de este entusiasmo se atribuye a la influencia de Jean Piaget (1896-1980), célebre científico suizo que trabajó durante muchos años en Francia. Cuando murió era el más célebre y destacado psicólogo de niños del mundo entero. Fue durante muchos años director del Instituto Jean-Jaques Rousseau de Ginebra. Piaget afirmaba que el pensamiento de los niños es de características muy diferentes del de los adultos. Con la maduración se producen una serie de cambios sustanciales en las modalidades de pensar, que Piaget llamaba metamorfosis, es una transformación de las modalidades del pensamiento de los niños para convertirse en las propias de los adultos tan profunda, que podría compararse con la que tiene la oruga hasta convertirse en mariposa.
Para explorar los procesos de pensamiento de los niños, Piaget recurrió al método fenomenológico. Este método es por naturaleza subjetivo y demanda de una interpretación por parte del investigador. La exploración del desarrollo cognitivo era para Piaget el camino más provechoso para efectuar aportaciones a la epistemología. Este desarrollo es el crecimiento que tiene el intelecto en el curso del tiempo, la maduración de los procesos superiores de pensamiento desde la infancia hasta la adultez.
Según Piaget, las etapas del desarrollo cognitivo son: 1) etapa sensorio-motora (0-2 años) donde los niños muestran una vivaz e intensa curiosidad por el mundo que les rodea, su conducta está dominada por las respuestas a los estímulos; 2) etapa preoperacional (2-7 años) en la que el pensamiento del niño es mágico y egocéntrico, creen que la magia puede producir acontecimientos y los cuentos de hadas les resultan atrayentes, además se cree el centro de todos los sucesos, que todas las cosas giran en torno a él, resultándole muy difícil ver las cosas desde otro punto de vista; 3) etapa de las operaciones concretas (7-11 años), el pensamiento del niño es literal y concreto, puede comprender que 8+11=19, pero la formulación abstracta, como la de una ecuación algebraica, sobrepasa su captación, y 4) etapa de las operaciones formales en el nivel adulto, es capaz de realizar altas abstracciones y efectuar (11-15 años), aquí el niño ingresa inferencias, es la etapa correspondiente a las facultades superiores de los seres humanos.
Bibliografía:
Caparrós, A. (1976). Historia de la Psicología. Barcelona. Círculo Editor Universo.
Chateau, J. y otros (1979). Las grandes psicologías modernas. Barcelona. Herder.
Heidbreder, E. (1982). Psicologías del siglo XX. Barcelona. Paidós.
Murphy, G. (1971). Introducción histórica a la psicología contemporánea. Buenos Aires. Paidós.
Breve historia de la Psicología. Rescatado de la URL: https://www.psicoactiva.com/biblioteca-de-psicologia/historia-de-la-psicologia/ (junio 2020)
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