martes, 21 de abril de 2020

Desarrollo Compartido.



México inició la década de 1970 en medio de una grave crisis social y económica. La balanza comercial presentaba un grave déficit, la inversión pública y privada disminuyeron, el campo cada vez estaba más arruinado, el desempleo y la inflación alcanzaban límites inesperados; y los movimientos sociales demandaban cada vez mejores tratos y mejoras en su nivel de vida. La administración de Luis Echeverría que inició el presente modelo gozaba de un gran desprestigio y resentimiento, por su responsabilidad en la persecución de las organizaciones populares y la matanza de los estudiantes el 2 de octubre de 1968. Así, para corregir las deficiencias del Desarrollo Estabilizador, aunque sin desecharlo totalmente, se diseñó la política económica conocida como Desarrollo Compartido que tenía como principal objetivo favorecer a la población más necesitada.

            A partir de este momento las metas de los programas o modelos económicos son muy poco claras. Todas hacen énfasis en que acabaran con la pobreza y la desigualdad, pero ya no queda claro el cómo, pues en sí se caracterizan por ser modelos populistas altamente demagógicos, pues sólo buscan convencer a las masas de otorgar su voto y consentimiento al régimen en cuestión.

            El Desarrollo Compartido permeó los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y José López  Portillo. Los objetivos del presente modelo consistían en ampliar el gasto público, mejorar la distribución del ingreso, fortalecer la economía, aumentar los empleos, aumentar aún más la participación estatal en la vida productiva del país, establecer la soberanía del país sobre sus recursos naturales, etc. No obstante estos objetivos, el gobierno en algún momento desvió sus responsabilidades y lo único que resultó fue una mayor crisis.

            Para mejora su imagen el gobierno liberó a presos políticos, decretó leyes de amnistía, incorporó a opositores a su gobierno, hizo promesas de mayores libertades y participación democrática permitiendo a los partidos pequeños mayor presencia en las diputaciones.

            Estos gobiernos se caracterizaron por ser altamente populistas con carácter demagógico.[4] Prometieron grandes cosas que simplemente no se podían realizar de esa manera. Echeverría con el fin de crear más empleos y conciliarse con los estudiantes y los trabajadores afectados por las reformas estatales, optó por el endeudamiento, solamente en su periodo la deuda externa aumentó cinco veces y engrosó la burocracia estatal creando cientos de Secretarías de Estado y paraestatales, la mayoría de ellas totalmente improductivas que llevarían al Estado a la quiebra.[5] El pedir prestamos a instituciones como el Fondo Monetarios Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), se convirtió en la solución fácil y rápida de los gobiernos, pero con cada préstamo otorgado la soberanía del país quedaba negociada y el debilitamiento del Estado se hacía inminente. La devaluación del peso paso de $12.50 a $15.36 por dólar y la deuda aumentó a más de 19000 m.d.d.

            Se crearon escuelas y hospitales junto a otros programas de asistencias social como CONAPO, INFONAVIT o FONACOT. La deuda seguía creciendo y el país estaba al bordo del caos. Para entonces el gobierno ya había abandonado completamente la política de industrialización, sustitución de importaciones y comenzaba el declive del Estado Benefactor.

            Dentro de este modelo económico incluimos el Modelo de la Alianza para la Producción que implantó José López Portillo. No obstante el nombre del nuevo modelo, éste en realidad continuó con una política económica y social muy similar a la de su predecesor, sin grandes cambios, y teniendo como común denominador el endeudamiento que ascendió a 20948 mdd en 1977, la inflación alcanzó el 27.2%, la corrupción y el subdesarrollo también iban en aumento. El presidente hizo un llamado a los empresarios y a los sindicatos para que juntos superaran la crisis –la solución somos todos- decía. Sin embargo, lo que verdaderamente caracteriza a este periodo, es el inicio de la petrolización de la economía.

            Desde inicios del siglo XX el país se había caracterizado por sus riquezas petroleras. Sin embargo, bajo este sexenio se encontraron importantes yacimientos en Tabasco y Campeche; yacimientos que se pensó eran casi inagotables y que consecuentemente sacarían al país de la crisis. Ente 1978 y 1979 el gobierno destinó el 20% del gasto público a Pemex. Los precios del petróleo en el mundo estaban por las nubes debido al conflicto que se vivía en el mundo con el embargo petrolero echo por los países árabes a occidente por los problemas con la creación del Estado de Israel en Palestina y por la Revolución iraní.

La primera de estas crisis fue en la década de 1960, y la otra en 1979. Ya desde 1973 la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), había limitado la producción para elevar los precios y presionar a occidente para que dejara de apoyar a Israel. Por lo tanto, Estados Unidos presionó a México a que explotara sus propias reservas para disminuir el impacto del boicot petrolero de los países de la OPEP; desde entonces México empezó a depender en gran medida de este hidrocarburo, y fue así como “petrolizó” su economía. El petróleo se vio como palanca de desarrollo y el gobierno empezó a hablar de saber administrar la riqueza.

            Después los precios del petróleo decayeron, el país no supo aprovechar la riqueza que acumuló, y sí acumuló más deudas y altos niveles de corrupción en los cuales el mismo presidente y sus más allegados quedó evidenciado; y más aún siguió descuidando los demás sectores productivos y tendió a depender casi totalmente del petróleo, situación que se ha prolongado hasta nuestros días. La dependencia del país hacia el exterior se hizo cada vez más evidente y se intensificó.



[1] Barroy Sánchez, Héctor, Historia de México II, México, Mc Graw Hill, 2007, pp. 161-185.
[2] MacGregor, Josefina, Historia de México, México, McGraw Hill, 2009, pp. 215-221.
[3] MacGregor, Josefina, Historia de México, México, McGraw Hill, 2009, pp.222-223.
[4] Zoraida Vázquez, Josefina, Romana Falcón y Lorenzo Meyer, Historia de México, Bachillerato, México, Santillana, 1998, pp. 254-265.
[5] Pazos, Luis, Devaluación en México, México, Editorial Diana, 1977, pp. 43-65.
[6] Comas D. Argemir, Antropología económica, España, Ariel, 1988, p. 14.
[7] Castro, Z., Mónica, Historia de México II, México, Global Educational Solutions,  2006, pp. 161-162. Menchaca, Martínez y Gutiérrez, Historia de México II, México, Patria, 2010,  p. 189.
[8] Agustín, José, Tragicomedia mexicana 3, México, Planeta, pp. 171 ss.
[9] Mondragón Pérez, Angélica Rocío, “¿Qué son los indicadores?”, Notas. Revista de información y análisis, núm., 19, México, INEGI, 2002, p. 52.
[10] Bernnard, Guillochon, La globalización, ¿un mundo para todos?, España, Larousse, 2003.
[11] Pazos, Luis, Devaluación en México, México, Editorial Diana, 1977, pp. 89-104.
[12] Aboytes, Jaime, Industrialización y desarrollo en México, México, Plaza y Valdés, UAMX, 1989.
[13] Ramos Escandón, Carmen, La industria textil y el movimiento obrero en México, México, UAM-I, 1988, p. 22.
[14]  Hernández Chávez, Alicia, “Federalismo y gobernabilidad en México”, en: Marcello Carmagnani (Coordinador), Federalismos latinoamericanos: México/Brasil/Argentina, México, FCE, COLMEX, 1996. P. 283.
[15] Macry, Paolo, Introducción a la historia de la sociedad moderna y contemporánea, México, Grijalbo, 1991, p.146.
[16] Ramos Escandón, Carmen, La industria textil y el movimiento obrero en México, México, UAM-I, 1988, pp. 63-79.
[17] Kropotkin y Bakunini fueron los exponentes más importantes del anarcosindicalismo, que proponía la negación de la autoridad, en México su exponente más importante fue Ricardo Flores Magón.  
[18] Carr, Barry, El movimiento obrero y la política en México, 1910-1929, I, México, SepSetenta, 1976, pp. 70-77.
[19] Carr, Barry, El movimiento obrero y la política en México, 1910-1929, I, México, SepSetenta, 1976, pp. 177-178.

[20] Meyer, Lorenzo, “La institucionalización del nuevo régimen”, en: Historia general de México, El COLMEX, 2000, pp. 823-871.



Desarrollo Compartido.. Rescatado de la URL: http://robertolinanramirez.blogspot.com/2014/10/problemas-del-mexico-contemporaneo.html (abril 2020)

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