¿Qué es la adolescencia?
La adolescencia es el período del desarrollo humano inmediatamente posterior a la niñez y previo a la adultez, durante el cual ocurren los principales cambios biológicos, sexuales, sociales y psicológicos que darán como resultado un individuo maduro. Se tiene como inicio de la adolescencia la entrada del individuo a la pubertad.
Si bien los márgenes de inicio y fin de la adolescencia varían de acuerdo al individuo, las tendencias registradas por la Organización Mundial de la Salud acusan una franja promedio de adolescencia entre los 10 y 19 años, la cual se inserta dentro del período de la juventud, que a su vez comprende el período entre los 10 y los 24 años.
La adolescencia, según otros autores, puede extenderse hasta los 21 o, incluso, los 25 años de edad.
Características de la adolescencia
Índice
Etapas
Se estima que la adolescencia comprenda dos etapas distintas:
- Adolescencia temprana. Signada por el inicio de la pubertad y los primeros cambios físicos que acusan la maduración sexual y biológica del individuo, va de los 10 u 11 años (en algunos casos desde los 9) hasta los 14 o 15.
- Adolescencia tardía. Se extiende desde los 14 o 15 años hasta los 19 o 20, e implica normalmente una entrada gradual y creciente en la adultez, con la aparición paulatina de las características psíquicas y emocionales que conlleva.
Maduración sexual
En ambos sexos la entrada en la pubertad dispara torrentes hormonales que impactan de manera directa en el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, identificadores de los roles sexuales en la especie. La aparición del vello púbico y corporal (y facial en los hombres) suele proseguir a esta primera etapa el proceso.
Otros cambios fundamentales atañen a la activación del aparato reproductivo y despertar de la libido. Esto consiste en la generación de espermatozoides y fluidos seminales en el varón, experimentación de las primeras poluciones nocturnas, así como crecimiento de los testículos y engrosamiento del pene.
En las mujeres esto implica el inicio del ciclo menstrual y crecimiento de las glándulas mamarias, así como variaciones importantes en la flora bacteriana vaginal y desarrollo de las glándulas de Bartolino, encargadas de las secreciones vaginales. Por último se experimenta un engrosamiento de los labios menores y del himen (en aquellas mujeres que nacen dotadas del mismo).
Otros cambios físicos
El crecimiento es notoriamente acelerado durante los años iniciales de la adolescencia, durante los cuales se abandona la estatura infantil y el esqueleto crece a su velocidad máxima durante unos 3 o 4 años consecutivos. Se estima que el crecimiento total llega a ser de unos 8cm en la mujer y unos 10cm en el hombre. Luego el crecimiento inicia un proceso paulatino de desaceleración a medida que los huesos adquieren su tamaño definitivo.
En materia de peso, ocurre también un incremento notable, tendencia mayor en las mujeres que en los varones, dado el incremento de grasa corporal que implica el crecimiento de las mamas y el ensanchamiento de las caderas. Una vez terminado el proceso de crecimiento, no obstante, los varones serán más pesados que las mujeres.
Por otro lado, el crecimiento muscular es proporcional al estiramiento del esqueleto, y son un factor determinante en el aumento de la fuerza muscular. El corazón y los pulmones, especialmente en los varones, aumentan su capacidad sistólica y su presión arterial.
También se completa la dentición, alcanzando la dentadura completa con los segundos molares y muelas del juicio.
Finalmente, el engrosamiento de las cuerdas vocales en los varones, así como el reforzamiento mandibular, es tan característico de esta etapa como la aparición de la “nuez” en la garganta, que no es más que el ensanchamiento del cartílago tiroideo en su parte anterior.
Estos cambios físicos de la adolescencia, sin embargo, deben entenderse en contexto de las condiciones sociales, genéticas, nutricionales y étnicas del individuo, que resultan igual de determinantes.
Formación identitaria
Durante la adolescencia tendrá lugar el inicio, además, de la formación de la identidad y personalidad individuales, en la medida en que el joven descubre y asume su autonomía individual. Esto se fundamenta en la capacidad de elección, ya que durante la niñez sus principales afectos (paternos y familiares) no han sido escogidos por él, sino dados de antemano.
Así, la maduración social empieza a ocurrir durante esta etapa, en que el adolescente “prueba” distintos modelos de pertenencia y de comunidad, a menudo organizada en tribus o bandas que se proveen de un sentido comunitario. La entrada a la adultez, en cambio, marcará el abandono de dichos colectivos y el emprendimiento de un modelo de vida mucho más signado por el deseo individual.
Emotividad
La adolescencia es una etapa clave en la formación de una emocionalidad madura, pero mientras tanto suele constituir una etapa difícil y tumultuosa. Y si bien es difícil resumir las posibles inquietudes que lo acompañen, a grandes rasgos se espera de un adolescente cierta polaridad en el manejo de sus emociones, lo cual conduce a irritabilidad, entusiasmos intempestivos, timidez e inseguridad, y un rango de emociones fluctuantes que a menudo tienden a la tristeza.
De allí que la adolescencia sea un período que requiera de soporte y atención familiar, a la par que tolerancia y por lo general enormes cuotas de paciencia.
Tradiciones culturales
La entrada en adolescencia suele ser motivo de celebración ritual en las distintas culturas, como una forma de iniciación a la adultez o de inicio de un nuevo ciclo vital, llamados rituales de paso.
Ejemplos de ello son la fiesta de los quince, tradicional en muchos países hispanos, en la que se presenta a las jovencitas en sociedad: una costumbre heredada de tiempos en que una vez iniciada la menstruación, las chicas eran ya dignas de esposarse. Algo similar ocurre con la tradición judía, en la que se considera adultos a los jóvenes de 13 y a las chicas de 12, a través de un rito llamado Bar Mitzvah y Bat Mitzvah, respectivamente.
Factores de riesgo
Dadas las inestabilidades y las presiones que le son intrínsecas, la adolescencia es una etapa importante de vulnerabilidad y riesgo. Tanto así que, al contrario de la tasa de mortalidad infantil, la adolescente se incrementa a medida que avanzan los años.
Los principales riesgos a los que se encuentra expuesto un adolescente varían de acuerdo a la sociedad en que se encuentra, obviamente, pero suelen implicar intentos de suicidio, adicciones a drogas o embarazo precoz, trastornos alimenticios, así como exposición a enfermedades de transmisión sexual (sobre todo el HIV / SIDA) o conductas delictivas o altamente riesgosas. A eso debe añadirse la posibilidad de abuso por parte de adultos.
El embarazo precoz es, de todos ellos, quizá el más alarmante en las sociedades poco desarrolladas y en estratos empobrecidos, donde la educación sexual y el acceso a anticonceptivos se dificulta. En 2009 se estimaba, de acuerdo a la OMS, que unos 16 millones de adolescentes entre 16 y 19 años de edad daban a luz cada año.
La conducta del adolescente está fuertemente influenciada por los mecanismos de socialización a los que tenga acceso, como la familia, la educación formal y los grupos sociales, de los cuales adquiere su forma de relacionarse con la sociedad y consigo mismo.
En ese sentido, los medios de comunicación juegan un rol importante en el modelado de la psique adolescente, dado que ésta usualmente carece de la experiencia y la madurez para lidiar con las presiones y las expectativas de la propaganda y la cultura televisiva.
Los márgenes de anorexia adolescente, por ejemplo, se encuentran altamente vinculados con los cánones estéticos promulgados desde la cultura de masas, y a menudo se ha debatido respecto a su responsabilidad en muchas de las conductas adolescentes más riesgosas.
La educación, tanto formal como afectiva, así como el apoyo emocional y el contar con roles claros y positivos de vida, suelen ser las únicas estrategias eficaces en la protección social y emocional del adolescente. Sin embargo, es un tópico en constante debate en las sociedades modernas.
Adolescentes y las nuevas tecnologías
Se estima que la altísima disponibilidad de las tecnologías informativas del siglo XXI (Internet, Smartphones, etc.) en el público adolescente puede convertirse en un factor de riesgo si no se encuentran apropiadamente encauzadas.
El teléfono celular, por ejemplo, representa un artefacto de altísima demanda durante esta etapa, con márgenes de disponibilidad de casi 100% en la mayoría de los países industrializados.
La adicción a las redes sociales o los videojuegos, el aislamiento, el cyberbulling, la exposición a extraños y a relaciones íntimas prematuras, por no hablar de las redes de trata de personas, son algunos de los inconvenientes presentados a menudo en la etapa adolescente por el uso indiscriminado de este tipo de herramientas digitales. Muchos de los cuales suelen devenir en verdaderos problemas físicos, psicológicos o de socialización.
La adolescencia en el arte
El adolescente ha sido tradicionalmente objeto de numerosas representaciones artísticas y literarias. Sobre todo en el arte pictórico, que ha visto en el cuerpo de la adolescente un símbolo de la belleza incipiente y del despertar de la sensualidad; o en la literatura, a través de las llamadas novelas de formación (o bildungsroman) en donde se narra el desarrollo individual de un adolescente a medida que descubre su individualidad y tiene sus primeras experiencias amorosas.
Bien podría decirse que el adolescente ha servido, en términos artísticos, como símbolo de lo humano en su aprender a vivir en un mundo que le antecede.
Fuente:
Enciclopedia de Características (2017). "10 Características de la Adolescencia". Recuperado de: https://www.caracteristicas.co/adolescencia/ El día 5 de septiembre de 2017.
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