En este relato infinitamente seductor, Gabriel García Márquez narra la obsesión del deseo con un arrebato que lo aparta de sus grandes novelas anteriores y a la vez lo acerca a ellas. A la circularidad del tiempo en Macondo, al enclaustramiento del tirano aislado en su poder demencial, sucede ahora la vigencia imbatible del deseo, ahincado en sí mismo. Un deseo que avanza hacia su origen en un movimiento que no cesa. Como el movimiento del barco Nueva Fidelidad, que seguirá yendo y viniendo "toda la vida". Son las palabras que cierran, reanudándola, esta historia de amor.
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