a- Las habilidades motoras rudimentarias
Se componen de todos aquellos movimientos tendientes al logro de cierta independencia del individuo respecto del medio que lo rodea, y de las demás personas. Fundamentalmente en lo referente a los desplazamientos y a los movimientos más habituales.
Entre los contenidos de las habilidades rudimentarias encontramos el logro de la posición erecta y de la marcha en esa posición; la motricidad de la mano (tomar, soltar, empujar, arrojar, torcer) que no se desarrolla como una conducta independiente si no que el resto del cuerpo acompaña al movimiento; y la motricidad general, como los empujes con todo el cuerpo o los cambios de posiciones.
b- Las habilidades motoras básicas y generales
Son habilidades amplias, generales, comunes a muchos individuos y que sirven de fundamento para el aprendizaje posterior de nuevas habilidades más complejas, especializadas y de un entorno cultural concreto. Representan el vocabulario básico de nuestra motricidad.
Aquí encontramos tres tipos de conductas que de alguna manera descienden de las anteriores; las conductas locomotivas, que son todas aquellas habilidades motrices que permiten la traslación del cuerpo en posición bípeda, son todas formas de desplazamiento cíclico como caminar, correr, salticar, galopar. Las conductas manipulativas como lanzar, hacer girar, driblear o rodar un objeto, recepcionar objetos, y todas las rudimentarias como tomar, soltar, empujar, arrojar, torcer, pero con un nivel de realización menos elemental.
Finalmente tenemos las conductas no locomotivas, que incluyen todas las habilidades no contempladas en los dos grupos anteriores, y están directamente relacionadas con la motricidad general de la habilidad rudimentaria. En este grupo encontramos: el empujar, traccionar, saltar, rebotar, balancearse, suspender, trepar, rolar, reptar, esquivar y atrapar.
c- Habilidades motoras específicas y compuestas
Esta categoría si bien conforman un acervo motor mucho más rico y variado que las básicas, no difirieren sustancialmente en cuanto al tipo de habilidades que la constituyen. La divergencia está dada por la forma en que son ejecutadas las habilidades, por la posibilidad de utilizarlas eficazmente en situaciones de juego, y por la posibilidad de realizar las habilidades en forma acopladas o combinadas entre ellas.
No son movimientos nuevos, no son formas desconocidas, son los mismos movimientos, son habilidades básicas o combinaciones de ellas que, una vez superada la etapa o fase de ejecución general se van especificando. La especificación asume tres formas diferentes: en lo que respecta al modo de ejecución, a la calidad de los movimientos; en lo relacionado con el logro de los nexos entre habilidades; y en lo concerniente a los usos en situación de las habilidades. Todo ello con miras al acercamiento a las técnicas.
d- Las habilidades motoras especializadas y complejas
Son aquellas relacionadas con la aplicación de las formas de movimientos en distintos ámbitos, el carácter de especializado nos remite hacia las actividades que los vinculan. De este modo encontramos las técnicas deportivas, directamente enlazadas con cada uno de los deportes, cada uno de ellos tiene entre sus elementos técnicas que le son propias.
Cada movimiento sea deportivo, no deportivo o laboral adquiere un modo de realización que excede la economía de movimiento. De aquí su carácter de complejo, ya que las técnicas además de ser el modo más eficiente de realizar una acción, responden a los requerimientos de cada una de las disciplinas en las cuales está inmersa. La especialización y la complejización son los dos elementos que caracterizan a este grupo de habilidades.
Esta categoría de habilidades normalmente no figura en las taxonomías de la mayoría de los otros especialistas, y lo que aquí denominamos como habilidades especializadas y complejas que referencian, entre otras, a las técnicas deportivas, los demás autores las llaman habilidades específicas. Lo particular de esta forma de ver a las habilidades motoras pasa por ubicar a las “habilidades específicas” como nexo entre las habilidades básicas y las habilidades deportivas (especializadas y complejas).
En todos los deportes encontramos carreras, saltos, giros, lanzamientos, manipulaciones de objetos con las manos, con la cabeza o con otros objetos (raqueta). Sin ir más lejos la bandeja de básquet, el remate de vóley, o el tiro en suspensión de hándbol resultan de la combinación de carrera, salto y lanzamiento.
¿A dónde quiero llegar? A la conclusión que las habilidades motoras especializadas y compuestas (para muchos, habilidades específicas o deportivas), son la consecuencia directa de la combinación de habilidades básicas, esas que se aprehendieron en edades tempranas y que luego de especificarse (aún sin orientación a ningún deporte o ámbito particular), adoptaron una forma de manifestación que está condicionada por un reglamento y un contexto que la reconocen.
Referencias Bibliográficas
1- Ruiz Pérez, L.M “Deporte y Aprendizaje. Procesos de Adquisición y Desarrollo de Habilidades”. Editorial Visor. Madrid, España. 1997.
2- Oña Sicilia, A y col “Control y Aprendizaje Motor”. Editorial Síntesis. Madrid, España. 1999.
3- Zevi, S “Aprendizaje Motor, Maduración y Desarrollo”. Editorial Indugraf – Buenos Aires – Argentina – 2000.
4- Granda, J y Alemany, I “Manual de Aprendizaje y Desarrollo Motor, Una Perspectiva Educativa”. Editorial Paidós. Barcelona, España. 2001.
5- Vanzan, J y Stricker, G “Desarrollo Motor”. Editorial IPEF. Córdoba, Argentina. 2003.
- Lic. Rubén Pérez
CLASIFICACIÓN DE LAS HABILIDADES MOTORAS. Rescatado de la URL: https://g-se.com/clasificacion-de-las-habilidades-motoras-ii-bp-H57cfb26d125a8 (mayo 2020)
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