Es un método anticonceptivo permanente o definitivo que se realiza en aquellas mujeres que tienen el número de hijos deseados y no quieren tener más embarazos, y que han recibido previamente consejería.
Es un método altamente efectivo, su efectividad es mayor al 99%. El riesgo de fracaso en general estimado es de 1 en 200.
Consiste en realizar una pequeña incisión quirúrgica, que puede efectuarse a nivel del nacimiento del vello púbico en cualquier otro momento del ciclo menstrual; a través del ombligo en el momento inmediato a la atención del parto, o se puede realizar durante una cesárea. A través de esta herida se identifican las trompas uterinas, las cuales se cortan y se ligan para impedir el paso del óvulo y de los espermatozoides, evitando así el embarazo. Para realizar la cirugía se pueden emplear diferentes tipos de anestesia: general, regional o local; dependiendo de las características de la mujer.
No protege contra el VIH/SIDA ni contra otras infecciones de transmisión sexual.
Este procedimiento puede ser realizado en cualquier momento del ciclo menstrual, si se tiene la certeza de que la mujer no está embarazada en ese momento. Sin embargo, se debe retrasar si la mujer está embarazada, si tiene una enfermedad grave, algún tipo de infección sistémica o infecciones como enfermedad pélvica inflamatoria, aborto séptico, etc. Y no es muy recomendable en pacientes con cirugías abdominales previas o con obesidad, ya que tienen mayor riesgo en el transoperatorio por lo que se debe buscar un método anticonceptivo alternativo.
Ventajas:
- Su efectividad anticonceptiva es inmediata
- No interfiere con las relaciones sexuales
- No interfiere con la lactancia
- Favorece el disfrute de la relación sexual sin el temor de un embarazo
- No aumenta el periodo de hospitalización posterior al parto, cesárea o aborto
- No tiene efectos secundarios para la salud de la mujer
- Tiene efecto protector contra el cáncer de ovario
- La recuperación después de la cirugía es rápida (7 días en promedio)
Después de la operación se requiere reposo; es posible realizar actividades normales a los dos días, pero se deben evitar esfuerzos y relaciones sexuales durante una semana.
La cita a revisión es a los 7 días de la cirugía para vigilar que no existan complicaciones como infección de la herida. Acudir de inmediato a consulta médica en caso de: presentar dolor, salida de pus por la herida, fiebre, mareo y/o problemas al orinar.
No produce cáncer, alteraciones del carácter, dolor de cabeza, nerviosismo, aumento de peso, menopausia prematura ni disminución del deseo sexual.
Colaboración de Itzel Texta Palomeque, Médica Pasante de Servicio Social de la Facultad de Medicina, UNAM.
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