lunes, 19 de abril de 2021

Maltrato infantil.



Lamentablemente en Chile, el maltrato hacia niños y niñas es una realidad más común de lo imaginado. 

En 1994,UNICEF realizó un estudio con una muestra representativa a nivel nacional de alumnos que cursaban octavo año básico. 

Los resultados indicaban que el 77,5% de los niños había sido víctima de violencia por parte de sus padres, ya sea de tipo psicológico (14,5%), físico leve (28,7%) o físico grave (34,2%). 

El estudio demostró, además, que el maltrato por parte de los padres se da en los hogares de distintos niveles socioeconómicos del país, aunque haya diferencias en el tipo de violencia. Entre las familias de nivel socioeconómico bajo, el 67,1% de los niños son víctimas de violencia física (leve y grave) y el 11,1% sufren violencia psicológica. 

En el caso de familias con nivel socioeconómico alto, el 24,6% de los niños es afectado por violencia psicológica, en tanto que el 54,4% sufren violencia física, ya sea leve o grave. 

Finalmente, en este trabajo se analizó la relación entre la violencia existente entre los padres y el maltrato infantil. 

En aquellos hogares donde los padres nunca se han golpeado, aproximadamente el 27,7% de los niños declara no haber recibido ningún tipo de violencia, mientras que el 56,2% dice haber sufrido agresiones físicas leves o graves. 

En cambio, entre los niños que pertenecen a familias en las que los padres se han golpeado muchas veces, sólo el 4,3% declara que no ha sufrido violencia y el 89,2% reconoce haber sido víctima de violencia física. 

Es importante resaltar que el 10% de los niños declaró haber sido golpeado hasta sangrar y en sólo el 1,6% de estos casos se realizaron denuncias a tribunales o Carabineros. 

Esto implica que si existe violencia entre los adultos, es altamente probable que los niños también sean tratados con violencia. 


UNICEF realizó un segundo estudio comparativo en 2000 dónde los resultados demuestran que el maltrato infantil sigue siendo una pauta de conducta frecuente en las familias chilenas. 

El 73.6% de los niños recibe algún tipo de violencia por parte de sus padres. De entre estos, poco más de la mitad es víctima de violencia física y, uno de cada cuatro niños, es víctima de violencia física grave. 

No obstante, comparando los resultados con los de 1994, se comprobó un descenso del 14,3% en la violencia física, y de un 26% en el caso de la violencia física grave. 

Estos resultados comparativos muestran que si bien la violencia que los progenitores ejercen contra sus hijos ha experimentado un descenso, los comportamientos del padre y de la madre difieren en este sentido. 

Así, por ejemplo, en los dos estudios se observa que el padre ejerce menos violencia sobre los hijos que la madre. 

Tampoco los porcentajes en el descenso de la violencia se distribuyen en la misma proporción. 

Mientras hubo una reducción del 37% de la violencia física grave que ejerce el padre, ésta disminuyó en el 25% en el caso de la madre. 

Una hipótesis que podría explicar estos resultados tiene que ver con el estado de tensión de la madre, asociado al mayor número de horas diarias que pasa con sus hijos. 

En el cuadro se grafican los tipos de maltrato que puede sufrir una persona, dependiendo de la actitud del maltratador.


Consecuencias en los niños: 

Aun cuando el daño que provoca el maltrato infantil (físico y emocional) es difícil de cuantificar, los estudios sobre el tema permiten afirmar que esta práctica tiene serias consecuencias en el desarrollo físico y psicosocial del niño. 

Es probable, además, que no todos los niños maltratados reaccionen de la misma manera, por lo que las características que aquí se señalan pueden presentarse juntas o en forma aislada. 

Un niño que vive situaciones de maltrato tiene un daño importante en el vínculo con sus padres (agresores), lo que lo predispone a desconfiar de otros adultos que lo rodean, y a limitar sus posibilidades de exploración del mundo externo. 

El niño maltratado muestra mayor agresividad en las relaciones con sus pares, y tienden a vivir como amenazantes las situaciones de acercamiento, lo que los hace estar a la defensiva en forma permanente.

 Otros niños pueden reaccionar al maltrato poniéndose muy retraídos, aislándose de la gente. 

El maltrato infantil se ha asociado también con limitaciones en el desarrollo cognitivo, con trastornos del aprendizaje, repitencia y deserción. 

Además, cuando un niño o niña es agredido física o psicológicamente se le está enseñando que esa es una manera válida de resolver conflictos, la que luego aplicarán en el resto de sus espacios de desarrollo (escuela, amigos, etc.). 

Estudios nacionales y extranjeros que analizan la historia familiar de niños con problemas con la justicia, han detectado que un alto porcentaje han vivido maltrato infantil. 

Finalmente, los niños que viven maltrato presentan en mayor medida una baja autoestima, carecen de confianza en sí mismos, tienen perspectivas de futuro inciertas y frecuentes manifestaciones de tristeza e infelicidad. 


 

Actitud maltratador: Activo

Actitud maltratador: Pasivo

Visible o Físico

Maltrato físico Abuso sexual

Abandono Físico o Negligencia.

La falta de preocupación, temporal o permanente, por la satisfacción de necesidades básicas de los niños y niñas de parte del adulto a cargo, especialmente en situación de enfermedad.

Invisible o Psicológico

Maltrato Emocional.

Hostilidad verbal crónica en forma de insulto, burla, desprecio, crítica o amenaza de abandono y constante bloqueo de las iniciativas de interacción infantiles (desde evitar al niño hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier adulto del grupo familiar.

Abandono Emocional.

La falta persistente de respuesta a las señales de expresión emocional y conductas que buscan interacción iniciadas por el niño o niña.

La falta de iniciativa de interacción y contacto por parte de una figura adulta estable.

La conducta más recurrente de esta forma de maltrato es ignorar al niño o niña, no dirigirle la palabra.





Bibliografía

 “Relaciones Familiares y Maltrato Infantil ”, UNICEF, 1997.

 “Aprendiendo a colaborar en Familia. Taller para la resolución pacífica de los conflictos”, documento interno, Fundación de la Familia, 2001.

“Vivir con otros. Programa de Desarrollo de habilidades sociales”, Ana María Arón y Neva Milicic. Editorial Universitaria, 1999.


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