Todos nos hemos maravillado con el clásico El Principito, novela
clásica de la literatura francesa.
⭐️ 🦊
Esta vez, te compartimos un poco de la biografía de su creador, el aviador
y escritor Antoine de Saint-Exupéry
en conmemoración su aniversario 120 de natalicio.
Antoine de Saint-Exupéry
(Lyon, 1900 - en el mar Tirreno,
1944) Novelista y aviador francés; sus experiencias como piloto fueron a
menudo su fuente de inspiración. Tercero de los cinco hijos de una familia de
la aristocracia (su padre tenía el título de vizconde), Antoine de
Saint-Exupéry vivió una infancia feliz en las propiedades familiares, aunque
perdió a su progenitor a la edad de cuatro años. Estuvo muy ligado a su
madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente, y con la que
mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida.
Antoine de Saint-Exupéry
Su interés por la mecánica y la
aviación se remonta a la infancia: recibió el bautismo del aire en 1912, y la
pasión de volar ya no lo abandonaría nunca. Después de seguir estudios
clásicos en establecimientos católicos, preparó en París el concurso de
entrada en la Escuela naval, pero no logró su objetivo y se inscribió en
Bellas Artes. Pudo aprender el oficio de piloto durante su servicio militar
en la aviación, pero la familia de su novia se opuso a que se incorporara al
ejército del aire, por lo que se resignó a ejercer diversos oficios, al
tiempo que frecuentaba los medios literarios.
El año
1926 marcó un giro decisivo en su vida: publicó su narración breve El
aviador en la prestigiosa revista
literaria Le Navire d'Argent, dirigida por Jean Prévost, y consiguió un contrato como piloto de
línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada escala del
piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la
experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe de estación aérea en el Sahara
español, escribió su primera novela, Correo
del Sur (1928).
La
escala siguiente fue Buenos Aires, al ser nombrado director de la Aeroposta
Argentina, filial de la Aéropostale, donde tuvo la misión de organizar la red
de América Latina. Tal es el marco de su segunda novela, Vuelo
nocturno. En 1931, la bancarrota de la
Aéropostale puso término a la era de los pioneros, pero Saint-Exupéry no dejó
de volar como piloto de pruebas y efectuó varios intentos de récords, algunos
de los cuales se saldaron con graves accidentes: en el desierto egipcio en
1935, y en Guatemala en 1938.
En los años
treinta multiplicó sus actividades: cuadernos de invención, adaptaciones
cinematográficas de Correo del Sur en 1937 y de Vuelo
nocturno en 1939, numerosos viajes (a
Moscú, a la España en guerra), reportajes y artículos para diversas revistas.
Durante su convalescencia en Nueva York, después del accidente de Guatemala,
reunió por consejo de André Gide los
textos (en su mayor parte artículos ya publicados) que se convirtieron
en Tierra de hombres (1939).
Ilustración de Saint-Exupéry para El principito (1943)
Durante
la Segunda Guerra Mundial luchó
con la aviación francesa en misiones peligrosas, en especial sobre Arras, en
mayo de 1940. Con la caída de Francia marchó a Nueva York, donde contó esta
experiencia en Piloto de guerra (1942). En Estados Unidos se mantuvo al margen de los
compromisos partidistas, lo que le atrajo la hostilidad de los gaullistas. Su
meditación se elevaba por encima de la historia inmediata: sin desconocer las
amenazas que la época hacía pesar sobre el "respeto del hombre",
como declara en Carta a un rehén (1943), optó por la parábola con El
principito (1943), una fábula infantil
de contenido lirismo e ilustrada por él mismo, que le dio fama mundial.
En El
principito, el autor afirma haber conocido al
singular personaje que da título al libro seis años atrás, en el desierto del
Sahara, después de haber sufrido un accidente de avión, y nos cuenta su
historia. El principito procedía de un asteroide tan pequeño que bastaba con
desplazar un poco la silla hacia atrás para ver continuamente la puesta de
sol. Un día brotó del suelo una rosa; el principito se enamoró de ella, pero
no pudiendo soportar su orgullo y presunción, decidió abandonar el asteroide
y emprendió un viaje que lo llevó a otros pequeños planetas. En cada uno de
ellos vivía un único personaje que, como en seguida aprecia el lector,
encarna algún defecto humano: la vanidad, el egoísmo, la ambición...
Finalmente, el principito llegó a
la Tierra, donde descubrió, consternado, que su rosa no era la única del
universo, y entabló amistad con un zorro, y después con el narrador. Los
sutiles simbolismos y el desenlace de la historia sugieren el sentido del
libro: una indagación sobre el amor y la amistad, sentimientos que, pese a su
naturaleza incomprensible y los sufrimientos que pueden acarrear, se revelan
como una necesidad ineludible y enriquecedora.
En 1943
pidió incorporarse a las fuerzas francesas en África del Norte, y a partir de
entonces retomó las misiones desde Cerdeña y Córcega. En el transcurso de una
de ellas, el 31 de julio de 1944, su avión desapareció en el Mediterráneo.
Los cientos de páginas de La
ciudadela, suma alegórica que permaneció
inacabada, fueron publicadas póstumamente en 1948.
La prosa
de Saint-Éxupery impresiona por un rigor en el que la desnudez retórica
asegura la eficacia del relato de acción. Cercano a André Malraux por
su conciencia de la aventura humana, a Jean Giono por
su lirismo cósmico, a Georges Bernanos por
su búsqueda del absoluto, Saint-Exupéry mostró siempre que el hombre no es
más que lo que hace.
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Antoine de Saint-Exupéry. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/saint__exupery.htm el 29 de junio de 2020. |
lunes, 29 de junio de 2020
Antoine de Saint-Exupéry
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